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Talgo requiere que Ganz-Mavag desista de la oferta pública de adquisición para poder explorar otros posibles aliados

Por el momento, Talgo no tiene la posibilidad de buscar aliados alternos al conglomerado húngaro Ganz-Mavag, a pesar de la urgencia temporal y el crecimiento de sus dificultades industriales y financieras. La compañía requiere una solución a los atrasos en las entregas a Renfe y la alta posibilidad de no cumplir con los compromisos adquiridos con Deutsche Banhn.

Según informantes cercanos, antes de tomar alguna medida, Talgo necesita que Ganz-Mavag retire su oferta pública de adquisición (opa) o comunique cambios en las condiciones de la misma. Pese a que parezca mero formalismo, es de suma importancia y existe la posibilidad real de que el inversionista húngaro se enfrente y concentre su estrategia jurídica en España y la UE contra el Gobierno, sin retirar la opa, puesto que no hay plazos establecidos para hacerlo.

Hay un sentimiento generalizado dentro de la empresa y los sindicatos de que la decisión del Gobierno no resuelve los problemas existentes pese a su intención de proteger una compañía de relevancia estratégica. La cartera de pedidos, con un valor de 4.000 millones de euros, está en máximos, pero su capacidad industrial no lo está. Este año se planea la fabricación y puesta en marcha del gran contrato con Alemania, mientras que la multa impuesta por Renfe por los retrasos en la entrega de los trenes de alta velocidad Avril, que asciende a 166 millones de euros, aumenta diariamente en 80.000 euros. Aún quedan ocho trenes por entregar, los cuales son cruciales para los planes de Renfe en Francia. Las mismas fuentes aseguran que Trilantic asumirá un papel destacado en Talgo, ya sea al negociar con Ganz-Mavag o con otros posibles socios.

La compañía posee un 63% de participación en la empresa conjunta Pegaso, que a su vez tiene un 40% de acciones en Talgo. Esta situación está forzando a los demás accionistas a vender sus participaciones. En Pegaso, la familia Oriol, fundadora de la empresa, tiene un 20% y Torreal, dirigida por Juan Abelló, posee un 17%. Javier Bañón, representante europeo de Trilantic y miembro del consejo de administración de Talgo, se ha convertido en una figura fundamental en la resolución de este potencial bloqueo. Las opiniones concuerdan en que debe haber un diálogo entre Magyar y Trilantic.

Aún así, el consejo de Talgo no se ha reunido. Mientras tanto, los ministerios de Relaciones Exteriores y de Presidencia, dirigidos por José Manuel Albares y Félix Bolaños, respectivamente, defendieron las restricciones impuestas a la venta de Talgo, una empresa de importancia estratégica, por motivos de seguridad nacional. Citan la necesidad crucial de «proteger los intereses de España». Sin embargo, el Gobierno aún no ha revelado si tiene un plan alternativo para Talgo similar al que propuso a Criteria or a los hermanos Escribano, accionistas de Indra. Según algunas fuentes, es probable que aparezcan inversores interesados en las próximas semanas.

En lo que se refiere a la reciente visita de una delegación del Ministerio de Transportes a las instalaciones industriales de Magyar Vagon en Hungría, se ve ahora como un intento de reafirmar su capacidad para invertir en Talgo y evitar críticas por no haber inspeccionado las condiciones en el lugar. En esta lista de interesados, también se ha incluido a la empresa checa de fabricación de trenes, Skoda. Aunque no han propuesto ninguna compensación financiera, han mostrado su interés por una fusión industrial con Talgo. Cuando se le preguntó sobre la prohibición española, Skoda no hizo comentarios. Los sindicatos de Talgo fueron más activos en sus reacciones.

El sindicato predominante, CSIF, ha solicitado al Gobierno que aclare sus intenciones hacia la empresa después de rechazar la oferta propuesta por Hungría. El llamado se extendió también a la empresa por parte de CC.OO. Talgo, que cuenta con dos fábricas en Álava y Madrid, no puede satisfacer la demanda de todos sus pedidos. El negociador clave es ahora Javier Baños, representante de Trilantic. Tras una caída del 8,7% en las acciones de la empresa el martes debido al rechazo de la oferta húngara, los valores de la compañía se estabilizaron y registraron un ligero aumento del 0,6% en el cierre del día. El valor actual de Talgo es de 488 millones, una disminución considerable en comparación con los 620 millones de la oferta inicial.

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