Las principales ciudades españolas se encuentran bajo una creciente presión en los costos de la vivienda, simil a un derrame de aceite prolongándose. Esta situación además está presente en el mercado de alquiler de habitaciones. Por otro lado, Barcelona se posiciona nuevamente en el primer lugar de las ciudades más costosas de España para vivir en departamentos compartidos, con un costo de habitación de 565 euros mensuales, lo que representa un incremento del 13% en comparación al año anterior.
Este modo de alojamiento está experimentando un incremento de precio a dos cifras en diez ciudades más, similar a lo que ocurre en la capital catalana, según se desprende del último informe de Idealista, que recoge datos hasta el segundo trimestre del presente año.
El estudio concluyó que el precio promedio del alquiler de habitaciones ha elevado un 3% en todo el territorio español, alcanzando los 400 euros mensuales. Francisco Iñareta, portavoz de Idealista, considera que este crecimiento moderado es debido al incremento en la oferta, la cual ha aumentado un 29% en términos generales. Sin embargo, “La demanda por cada habitación ha crecido un 15% interanual en el segundo trimestre de este año,” enfatizan en Idealista. Iñareta cree que una explicación para este auge en la tendencia de alquilar pisos para compartir es que muchos dueños de propiedad están eligiendo este camino para eludir los límites que la ley de vivienda establece sobre alquileres a largo plazo, por lo que es probable que la oferta continúe creciendo si no se modifican las leyes. Todas las capitales de provincia están experimentando este fenómeno, a excepción de Soria, Palma, Palencia, Bilbao, Lugo y Segovia. Las ciudades que reportan los mayores aumentos son Logroño, Castellón de la Plana, Albacete, Alicante, Granada y Almería, en las que la oferta de alquiler disponible ha más que duplicado en el último año.
A pesar de la creciente entrada de habitaciones al mercado, las tarifas están en su mayoría en aumento, especialmente en Cáceres, Badajoz, Ceuta y Palma, experimentando aumentos anuales de entre el 25% y el 27%. En lo que respecta a las áreas más costosas para residir, Palma y Madrid, junto con Barcelona, son particularmente notables, donde el costo promedio de compartir un apartamento es de 500 euros, y en San Sebastián, de 450 euros. Por otro lado, se encuentran las ciudades más asequibles en las que compartir un apartamento: Jaén, Palencia, Zamora y Ciudad Real, donde las habitaciones se alquilan normalmente poco más de 200 euros mensuales. Sergio Nasarre, profesor de Derecho Civil y fundador de la cátedra Unesco de Vivienda de la Universitat Rovira i Virgili (URV), argumenta que ampliar el suministro de viviendas está relacionado con varias medidas que se iniciaron hace un año y tres meses con la introducción de la ley de Vivienda. Principalmente, esto se debe al incremento de la extensión mínima de los contratos de alquiler; en segundo lugar, a la «mayor protección» contra ocupaciones ilegales; y por último, a la capacidad de fijar un límite a las rentas, una medida que Cataluña ha estado implementando desde marzo pasado en las áreas consideradas de alta tensión. “El dueño tiene temor y, por ende, está evitando la Ley de Arrendamientos Urbanos (LAU)”, afirma. Esto lo lleva a alquilar habitaciones de sus apartamentos, un método que se rige por el Código Civil, permitiendo al arrendador más flexibilidad para establecer sus términos, como la duración del contrato y el precio de la habitación.
La demanda potente de cuartos, que ha aumentado un 15%, mantiene el crecimiento de los precios, a pesar de un notable incremento en la oferta de habitaciones. No obstante, en ciudades como Alicante, donde la demanda ha disminuido en un 24%, Valencia con un descenso del 15%, y Barcelona con una baja del 8%, se ha observado una disminución en la accesibilidad de alojamiento para aquellos que no pueden solventar los costos de una habitación. Nasarre indica que la explicación a esto radica en la expulsión de estos individuos de estas ciudades. Por otro lado, en el segundo trimestre del año, se ha observado un exorbitante incremento de un 254% en la demanda de alojamiento en Ceuta, en las capitales isleñas y en Bilbao (66%), lo que generalmente responde a la necesidad de albergue temporal por parte de empleados del sector servicios en areas con crecimiento económico y alta invertion en bienes raices por extranjeros, como es el caso de las Islas Baleares.