Durante el verano se ha ido notando una moderación constante en los precios. Tras un pico en la inflación en mayo del año en curso, hemos experimentado una ligera disminución en junio, una más significativa en julio y la tendencia continúa en agosto.
Los precios han disminuido seis décimas hasta el 2,2%, la tasa más baja que hemos visto en el último año. Este dato sorprendió a los analistas, quienes no esperaban tal disminución. Tenemos que remontarnos a junio de 2023 para encontrar una tasa de IPC más baja.
Con ello, tenemos ya tres meses consecutivos de moderación de precios y el 2,2% está muy cerca del objetivo del BCE, lo que confirma el fin cercano de la crisis inflacionista de los últimos años. La principal razón de esta moderación es la disminución de los precios del combustible, y en menor grado, de los alimentos y las bebidas no alcohólicas, en comparación con la subida del año anterior. Los consecutivos descuentos en el IVA, incluyendo el reciente en el aceite de oliva, han contribuido a esta disminución en los alimentos. Por otro lado, la inflación subyacente, que no toma en cuenta la energía y alimentos frescos, también ha disminuido levemente, reduciéndose una décima hasta el 2,7%. Este indicador confirma la tendencia moderada a la baja del precio de los bienes. En un año, esta tasa se ha reducido a la mitad, lo que va acorde a lo planeado. En agosto, los economistas han apreciado dos tendencias opuestas: el encarecimiento de la electricidad y los servicios, y la moderación de los combustibles y alimentos, que marcan la tendencia final. La disminución de los precios de los alimentos, muy evidente en julio, se ha repetido, aunque todavía no se dispone de un dato exacto.
Tendrá que transcurrir un par de semanas para que se publique el dato total del Índice de Precios al Consumo (IPC). Según la información disponible, se refuerza la tendencia de desaceleración de la inflación y suavización de los costes. Raymond Torres, responsable de Coyuntura en Funcas, señala que la disminución de la inflación debería consolidarse durante el próximo año, ya que los factores subyacentes apuntan en esa dirección, con la moderación de los aumentos salariales y, en ausencia de un nuevo shock internacional, la disminución gradual de los precios importados de energía y otros insumos. En el corto plazo, emplea la inflación continuará disminuyendo, aunque puede experimentar algunas alzas posiblemente en el último cuarto del año debido al efecto base y la comparación con los mismos meses de 2023. Sin embargo, Torres advierte que todavía queda por determinar cuál será la tendencia en el sector de los servicios, donde detecta la persistencia de cierta presión inflacionaria, que aunque está en disminución, lo hace de manera muy lenta. Desde el Ministerio de Economía, se indica que estos datos ponen de manifiesto la eficacia de las medidas económicas del Gobierno, permitiendo conciliar las tasas de crecimiento más altas de la zona euro con «esta moderación gradual de los precios y la mejora del poder adquisitivo de los hogares».
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