Este 28 de agosto, los usuarios del servicio eléctrico deben poner especial atención. Existen momentos del día que son más propicios para realizar actividades que consumen mucha energía, como usar el horno, la lavadora o planchar. Al estar informados sobre las horas de menor costo, pueden focalizar su consumo y así economizar en su factura mensual.
La tarifa media establecida para todo el día en el mercado energético mayorista es de 108,43 euros por megavatio hora (MWh), según informa OMIE, el operador del mercado. Es importante aclarar que el costo es variable durante cada hora del día.
Estas variaciones del mercado mayorista se reflejan en la factura del usuario. De acuerdo a la Red Eléctrica, la hora más costosa será entre las 21:00 y las 22:00, momento en que el precio por kilovatio hora (kWh) llegará a 0,24928 euros. Por contraparte, la hora más económica será entre las 15:00 y las 16:00, con un costo por kWh de 0,12246 euros. Estos precios horarios son aplicables para la tarifa regulada (PVPC, peaje 2.0 TD) del día lunes, según informa la Red Eléctrica. Estos valores ya incluyen los costos del mercado mayorista diario e intradiario, los ajustes de servicios, financiamientos, costos de mercadeo variable, peajes y cargos. También pueden contener otros conceptos como pagos por capacidad, excedentes o déficits de subastas renovables y costos relacionados a servicios de interrumpibilidad.
La factura de electricidad desglosa el coste por hora de la luz, que varía constantemente, dependiendo de la demanda de energía por hora. A las 00h, se cobra 0,15337 €/kWh, a la 01h, se cobra 0,14944 €/kWh, y así sucesivamente, con el coste más alto a las 21h, que es de 0,24928 €/kWh. Este coste dinámico se ve influenciado por factores como los picos de demanda durante las épocas frías para la calefacción o las cálidas para los aires acondicionados.
Además, los precios están vinculados al mercado mayorista de electricidad, por lo que pueden variar cada hora. Entre los factores que contribuyen a estas variaciones, se encuentran los costes de los servicios de ajuste y comercialización, los peajes y cargos, los pagos por capacidad y los costes por interrumpibilidad, entre otros. De esta manera, la tarifa regulada refleja tanto las fluctuaciones del mercado eléctrico como las variaciones en la demanda de energía.