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La creciente demanda de turismo en España prolonga la temporada hasta el otoño

A pesar de las protestas contra la sobremasa turística y las décimas de calor, la demanda turística a España no se ve afectada. Aunque las compañías primarias quieren enfocarse en el efecto económico y la relación con las comunidades locales en lugar de los récords de asistencias, el país está en camino a un nuevo récord de turistas – con 42,5 millones de visitantes solo hasta junio, un incremento del 11,26% comparado con el año anterior.

La razón principal es la distribución de las épocas de más afluencia, un proceso que se ha mencionado varias veces como una manera de mejorar las condiciones laborales en el sector turístico, como la estabilidad y profesionalización de los empleos y la reducción de la temporalidad.

Sin embargo, esto también prolonga el sentimiento de saturación en los destinos más populares.

El anhelo por la desestacionalización puede mejorar las condiciones laborales en la industria turística…

Este fenómeno, con sus ventajas y desventajas, se fortifica este año y tanto las patronales como las grandes cadenas hoteleras pronostican que la temporada se extenderá hasta el otoño. Se espera que la alta ocupación y los precios estén garantizados para septiembre y parte de octubre debido al alto volumen de reservas actuales.

“Los últimos dos o tres años hemos visto un aumento en la demanda turística en septiembre y octubre y nos da la sensación de que estamos logrando la desestacionalización”, indica Judith Lloverol, gerente del grupo empresarial Costa Brava Centre. A pesar de que julio no cumplió con las expectativas, teniendo una ocupación del 85%, los empresarios de esta región del litoral catalán anticipan un 100% de ocupación en agosto y un panorama prometedor para los próximos dos meses.

… Pero al mismo tiempo, se extiende la sensación de saturación en los puntos turísticos más abarrotados, que han sido el centro de las protestas de este año.

Lloverol señala que existe un notable interés de los turistas norteamericanos en las actividades al aire libre y en el ciclismo. Este tipo de visitante, con un elevado poder adquisitivo, influye significativamente en toda la cadena de valor turístico. Ilustrativamente: un turista de Estados Unidos gasta diariamente un promedio de 272 euros sin incluir transporte, duplicando el gasto de los turistas británicos y solamente superado por los visitantes asiáticos que gastan 303 euros al día.

La asociación empresarial valenciana, Hosbec, señala tendencias similares. Explican que desde principios de julio hasta mediados de agosto, han notado una pequeña disminución de dos puntos en las ocupaciones respecto al mismo periodo del año 2023. Este descenso se atribuye a una distribución más amplia de la demanda a lo largo del año, lo que resulta en una ocupación media más alta a lo largo del año. Además, sostienen que los turistas que eligen evitar los meses de verano generalmente tienen un perfil diferente, optando por actividades deportivas y de bienestar y con mayor presencia en el sector de negocios.

A pesar de las buenas cifras, el mes de julio resultó más flojo de lo esperado. Sin embargo, Juan Molas, presidente de Mesa del Turismo, afirma que las reservas indican que septiembre será un mejor mes que junio y que octubre y noviembre ya cuentan con un buen nivel de eventos de negocios confirmados.

Molas sostiene que la temporada turística se está extendiendo hasta el otoño sin perjudicar la actividad primaveral. La organización empresarial estima un incremento del 10% en el gasto turístico medio este año, contribuyendo al PIB con un 13% y generando tres millones de empleos directos.

De acuerdo con las proyecciones de varias de las principales cadenas hoteleras del país, la actividad turística ha experimentado un incremento durante los meses de verano. Sergio Zertuche, director de ventas de Palladium, confirmó que, aunque el verano ha sido más lento de lo previsto, agosto resultó bastante favorable. “Este crecimiento en la demanda se mantendrá hasta septiembre, que pronosticamos será un mes muy positivo tanto en términos de ocupación como en el precio medio», declaró.

El turismo de visitantes extranjeros no se limita al verano, continuando en septiembre y octubre, sin afectar la temporada primaveral. En Hotusa, hacen hincapié en el fuerte impacto del turismo de eventos y conferencias durante el próximo otoño, ya que ciudades como Barcelona y Madrid, se han posicionado notablemente en la escena internacional.

Por su parte, Meliá, ha superado en dos puntos la ocupación del verano pasado, alcanzando un 88% en julio con la proyección de llegar al 90% este agosto, y los precios siguen en aumento. “No vemos una desaceleración en la demanda a corto plazo», indican.

Riu también predice un septiembre «positivo, con altas ocupaciones» en sus hoteles en España después de casi alcanzar o superar el 90% durante los meses clave de verano. Este patrón persiste en las cadenas hoteleras con más ubicaciones en el país. Sercotel, con una ocupación media del 82% en julio y lo que llevamos de agosto, un 2% más que en 2023, espera una demanda «sólida en el próximo mes, con un incremento en el número de visitantes internacionales en comparación con el año pasado y un aumento del 12% en la tarifa diaria promedio». Barceló experimenta un fenómeno similar, donde han registrado un aumento del 16.5% en ingresos de reservas en comparación con 2023.

Por lo tanto, si todo sigue como se espera, este año podría ser histórico para el sector turístico.

En la búsqueda de equilibrar la industria turística con el bienestar de sus residentes, algunas de las ciudades más concurridas de Europa han estado implementando varias estrategias. Recientemente, Edimburgo, una ciudad vibrante de Escocia, ha anunciado la adopción de un impuesto para los turistas con la expectativa de obtener anualmente hasta 50 millones de libras (equivalentes a 59 millones de euros). Este plan será puesto en consulta pública para recolectar las opiniones de los residentes locales previo a su establecimiento, que probablemente será en el 2025. Edimburgo, por lo tanto, se convierte en la primera ciudad del Reino Unido en aplicar un tributo para turistas al estilo de otras ciudades importantes como Barcelona, Ámsterdam, Berlín y Nueva York. Los ingresos procedentes de este impuesto serán utilizados para «financiar mejoras» en la ciudad. Este tributo se impondrá a los visitantes que pernocten en hoteles, albergues o alojamientos turísticos reservados a través de plataformas como Airbnb.

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