A principio de la década de los 60, un conjunto de agricultores del Penedès avanzó hacia un nuevo camino al fundar Covides, la primera cooperativa vinícola de Catalunya de primer grado, que se ha probado exitosa con el tiempo. Surgió por la necesidad de hallar mejores medios para darle utilidad a la cosecha y administrar la producción.
Hoy en día, después de seis décadas, tiene más de 700 socios activos que administran alrededor de 2,000 hectáreas en 50 áreas rurales y con ingresos de 30 millones de euros.
«Nunca hemos desistido desde aquel entonces, tomamos algunas decisiones buenas y algunas no tan buenas, pero siempre valientes y superando retos», apunta Rafel Ramon, presidente de Covides.
Actualmente, la sequía y la reducción de la producción han sido el mayor desafío, especialmente en Penedès, donde la falta de agua durante las tres últimas temporadas ha llevado a que la producción de uva se reduzca a la mitad. Ramon explica: “En un año de precipitación promedio recolectamos entre 18 y 20 millones de kilos de uva, y en 2023 caímos por debajo de los diez millones.” Para esta nueva temporada de cosecha, esperan recoger una cantidad similar.
A consecuencia de esto, la producción ha sido casi totalmente asignada a sus marcas de vinos y cavas, y ha sido imposible vender en grandes cantidades a terceros. A pesar de estos obstáculos, incluyendo el incremento de costos y la inflación, el nivel de ventas ha sido optimista según el líder de Covides. La diversificación de mercados ha jugado un papel crucial en este resultado positivo. En veinte años, han aumentado sus exportaciones de un 20% a casi un 65% de su producción, con presencia en cincuenta países.
Anualmente, la cooperativa llena cerca de diez millones de botellas que se venden bajo varias de sus mil marcas, tanto en el sector de hostelería como en la distribución. A pesar de la diversidad de marcas con las que opera, las más reconocibles y que contribuyen grandemente a sus ingresos son Duc de Foix, Molí de Foc y Casteller. «Nuestros productos cubren todo el espectro, desde el más estándar hasta el premium, y nos esforzamos por personalizarlos al máximo para el cliente», afirma Ramon.
Proyectan expandir la bodega de Sant Sadurní d’Anoia para este año (además de esta, disponen de instalaciones en Vilafranca del Penedès y en Sant Cugat Sesgarrigues), un movimiento crucial para alcanzar las metas de incremento de envasado que se ha establecido. «También estamos apostando por diversificar nuestro negocio», añade Ramon, con el turismo enológico como uno de los principales motores para el crecimiento.
La empresa familiar Frit Ravich se posiciona como líder en el sector de snacks y frutos secos.