Según la información definitiva proporcionada por el Instituto Nacional de Estadística (INE), la tasa de inflación anual se redujo en julio en seis décimas, situándose en el 2,8%. Este descenso resalta la recuperación de una trayectoria descendente después del aumento inicial durante el verano.
Esta desaceleración de la inflación estuvo influenciada especialmente por la estabilización de los precios de los alimentos y la electricidad. En particular, la tasa de crecimiento de los precios de los alimentos fue del 3,1% en los últimos meses, lo que representa una reducción de 1,1 puntos en comparación con la cifra de junio.
Esta es la tasa más baja desde octubre de 2021.
Los precios más bajos del aceite de oliva, después de la implementación del IVA al 0%, y las frutas, han jugado un papel crucial para lograr estos números.
Además, la inflación subyacente disminuyó en dos décimas en julio, llegando al 2,8%, el menor nivel desde enero de 2022.
El Ministerio de Economía y Empresa sostuvo que los datos reflejan la habilidad de la economía española de mantener precios moderados al tiempo que obtiene uno de los mayores crecimientos económicos entre los países principales de la zona euro. Esto es evidente en los datos positivos del crecimiento del GDP en el segundo trimestre.
Según el departamento liderado por Carlos Cuerpo, estos elementos, combinados con el buen progreso de la economía, están permitiendo una mejora en el poder adquisitivo de la población y en la renta real de las familias, tal como lo demuestran datos publicados recientemente por la OCDE.
