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Eivissa sufre las consecuencias de la sobreturistificación: el aumento de turistas no conlleva a un crecimiento en las ganancias

Aunque la temporada turística en las Islas Baleares podría batir un récord histórico de visitantes, no se ve reflejado en los ingresos turísticos, particularmente en Eivissa. Hasta junio se informó una cifra récord de turistas, 1.413.674 para ser exactos, un 3% más en comparación con el año anterior.

Sin embargo, el gasto en la isla hasta esa fecha ha experimentado una reducción ligera de 0,28%, equivalente a 1.392,44 millones de euros. Curiosamente, el aumento en el número de turistas ya no implica un incremento en los ingresos en esta isla de lujo.

Los informes de los meses de julio y agosto aún no se han revelado, pero se anticipa que su rendimiento será irregular.
Se cuestiona por qué en una isla donde se pueden gastar más de 1.000 euros en un menú o alquilar villas por 10.000 euros al día, los ingresos turísticos están bajando. Alfonso Rojo, presidente de la Pequeña y Mediana Empresa de Eivissa y Formentera, señala una serie de razones, que incluyen la competencia con París por los Juegos Olímpicos, que ha reducido la duración de las estancias en Eivissa, el aumento de los precios y, fundamentalmente, la proliferación de alojamientos ilegales. Este último problema ha afectado directamente el precio de la vivienda, obligando a miles de trabajadores temporales a vivir en caravanas e incluso en asentamientos informales, como el recientemente desalojado en Santa Eulària, hogar de unas 300 personas.

«Existe una alta ocupación pero poco ingreso,» indica Rojo. Esto representa precisamente el problema que se intenta combatir en Ibiza y en todo el conjunto de las Islas Baleares. El hecho de que cada vez más turistas gasten menos dinero, agrega combustible a los movimientos antiturismo que ya han surgido en las islas, con la más reciente acción llevada a cabo ayer en las playas de Palma y de Ibiza. «Ya no buscamos tener más visitantes cada año, sino todo lo contrario», afirma Rojo. Según el delegado de los empresarios de Ibiza, una gran parte del problema reside en esa ofertas vacacionales ilegales que contribuyen a intensificar la sensación de saturación turística y ejercen presión para el aumento de los precios de las viviendas. De acuerdo con los datos oficiales de Frontur, el año anterior arribaron a las Islas Baleares 17,8 millones de turistas y 2 millones de ellos se hospedaron en hogares de familiares o amigos. «No hay nadie con tantos amigos», bromea Rojo. Según él, la mayoría de estas ofertas familiares son, en efecto, alquileres turísticos ilegales.
Los empresarios solicitan medidas drásticas contra el alquiler ilegal, alegando que es el principal responsable de la saturación turística.

Rojo identifica un factor adicional que podría explicar la disminución en el expendio. Sostiene que una parte del problema puede ser atribuida al incremento en los costos, ya que tanto las materias primas como la energía han aumentado. Sin embargo, también vuelve a destacar el impacto del alquiler ilegal. Debido a que los trabajadores no pueden costearse un alquiler, los propietarios de negocios se han visto forzados a incrementar los salarios, lo cual ha tenido un consecuente impacto en los precios. Este aumento salarial sugiere que, aunque la cifra de negocio pueda ser superior este año que el anterior, la rentabilidad será menor. La dificultad para contratar trabajadores es tal que cerca del 20% de los empresarios ofrecen alojamiento a su personal. En su postura contra el alquiler ilegal, el representante de los empresarios de la isla solicita medidas duras, pues cree que este situación tiene una relación directa con la masificación y el descenso en la rentabilidad.

Manuel Sendino, gerente de la Federación Hotelera de Eivissa y Formentera, coincide con Rojo en señalar las irregularidades de esta temporada. Adicionalmente, menciona la competencia de los Juegos Olímpicos de París como un elemento que podría explicar esta situación. «Quizás ya hemos alcanzado nuestro límite máximo», sugiere. Aunque admite que hasta final de año no podrá definirse claramente la situación, reconoce que esta temporada no cuenta con la misma «demanda sólida» que las anteriores. Apunta a los costos como causa y opina que los periodos de alojamiento se han reducido: «Quien antes venía una semana, ahora viene cuatro días».

Las estadísticas oficiales corroboran su afirmación: la cantidad de turistas que llegan a la isla en barcos y aviones ha aumentado, pero el número de noches de hotel ha disminuido. De acuerdo con los datos publicados regularmente por el Institut Balear d’Estadística, hasta junio se han registrado 7.250.502 noches de hotel, lo que significa un descenso del 5,05% en comparación con el año anterior, que había roto todos los récords.

Mallorca se prepara para la temporada de verano con incertidumbre.

María Frontera, la líder de la Federación Hotelera en Mallorca, anticipa que los gastos récord del año pasado no se igualarán este verano. Hasta junio, la isla experimentó un incremento de visitantes del 7,77% y un aumento del 13,6% en consumo, ya que la mayoría de los hoteles (70%) estuvieron funcionando desde marzo. No obstante, durante los meses clave de la temporada, esta tendencia parece haber cambiado. Frontera predice un buen año, pero no tanto como 2022 y 2023, momentos destacados por gastos extraordinarios de los visitantes, quienes gastaron los ahorros acumulados durante los dos años previos de la pandemia. Frontera califica esta situación como circunstancial. Mientras que las protestas contra el exceso de turismo no son beneficiosas, Frontera no las ve como la causa principal de la disminución.

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