Generalmente, cuando una firma estadounidense se establece en nuestra nación, la percepción es mayormente positiva, con varios artículos destacando la naturaleza beneficiosa de tales inversiones. Sin embargo, cuando se trata de una compañía china, a menudo se encuentran artículos que detallan lo que la empresa adquiriente podría hacer, como importar componentes del país asiático para montarlos aquí o venderlos a través de su nueva adquisición local, aunque a veces con un matiz negativo.
Existen, aunque no muchas, empresas españolas que han invertido en China, produciendo productos allí y a su vez importando algunos desde España, aprovechándose de ciertos estímulos gubernamentales.
Es crucial que los jóvenes sean competentes en inglés para poder estudiar y laborar a nivel global.
Vivimos en una era cada vez más internacional, donde un producto bien acogido en España y Europa también será popular en China, y viceversa. China exporta vehículos eléctricos, equipos médicos, ropa y alimentos. En una reciente visita a China con empresarios del Grupo de Harvard, vimos tiendas del empresario español Enrique Tomás, que exhiben jamones y otros productos españoles.
Por supuesto, no podemos administrar una amplia red de clientes en tiendas o talleres utilizando el español, ya que el chino es esencial. Tenemos empresas como Volkswagen, Bayer, Siemens y General Electric que han logrado una buena posición en China, aunque también tenemos compañías chinas, como Huawei, Mindray y Chery que se han internacionalizado. En base a esto, se espera que las inversiones internacionales chinas aumenten, aun cuando esto no sea del agrado de algunos países, especialmente Estados Unidos, donde enfrentan dificultades para hacerlo.
Como empresarios, debemos considerar el proceso de internacionalización de nuestra empresa y, si no nos vemos capaces o no nos atrevemos a hacerlo, deberíamos venderla. Las empresas competidoras continuarán siendo internacionales con mayor alcance e innovación, mejorando productos y tomando nuestras ventas.
Si te encuentras en Boston con la intención de dirigirte a la Harvard Business School, en tu camino te cruzarás con Harvard Square, la plaza central. Hay una tienda cercana que ofrece una variedad destacada de aromas de la marca Puig, además de una oficina del Banco de Santander. Por la noche, tienes la posibilidad de degustar una cena en alguno de los restaurantes económicos de la zona, incluso acompañada de una copa de vino español.
Es obvio que si estás en Boston habrás de comunicarte en inglés, pero puedes encontrar empleados latinoamericanos en muchas tiendas y restaurantes que, al identificarte como hispanohablante, cambian rápidamente su lengua de comunicación y te atienden con mayor cordialidad. Dentro de un restaurante, puedes observar diversas mesas de padres que han venido a visitar a sus hijos, conversando en diversos idiomas.
Sin embargo, mirando hacia el futuro, es probable que el inglés se erija como uno de los idiomas más influyentes a nivel global. Es crucial asegurar que nuestra juventud logre un dominio efectivo del mismo, tanto para su formación académica internacional como para mejorar sus perspectivas laborales futuras.