Desde 2021, los derechos a permisos de maternidad y paternidad se equipararon, otorgando 16 semanas a cada uno de los padres. Estos se transformaron en derechos individuales, intransferibles y totalmente pagados con la intención de promover la igualdad de género en el trabajo y en las ocupaciones.
Sin embargo, tres años después de la implementación de esta reforma, un grupo de investigadores descubrió que la medida no ha logrado equilibrar completamente la responsabilidad de cuidado en las parejas que se convierten en padres. En la mayoría de los casos, las madres siguen siendo las más afectadas.
Los expertos sugieren que se necesita mejorar aún más este reglamento.
Los permisos de paternidad y maternidad son «uno de las políticas cuyos efectos pueden predecirse mejor según su diseño», según Adela Recio, coautora, junto con Cristina Castellanos y Javier Andrés, del estudio «¿Cómo afecta el nuevo diseño de permisos por nacimiento en la corresponsabilidad? Un análisis con registros administrativos de la Seguridad Social de 2016 a 2023». El informe fue publicado por el think tank del Ministerio de Hacienda, el Instituto de Estudios Fiscales (IEF), aunque se aclara que no refleja su punto de vista.
La investigación arrojó tres conclusiones principales. En primer lugar, se observó que la igualación de permisos para ambos padres, intransferibles y bien remunerados, han facilitado que un amplio número de padres hagan uso exhaustivo de este derecho. «Esto es un éxito en principio», declara Recio. Es una «revolución silenciosa» que resulta en «más horas de cuidado, mayor vínculo con los hijos y mayor equilibrio en la pareja, lo cual beneficia a las mujeres». Recio añade: «Se establece una nueva norma social en la que ambos padres cuidan a sus hijos durante seis semanas».
Según un informe reciente, España es el único miembro de la UE en el que tanto la madre como el padre hacen uso equivalentemente de la licencia de maternidad y paternidad. Sin embargo, a pesar de que la política está logrando su objetivo original, los investigadores sugieren mejoras. Identificaron que las trabajadoras continúan siendo desfavorecidas ya que los padres, en general, utilizan la licencia al mismo tiempo que las madres, lo que impide que asuman un papel más predominante en el cuidado del niño. Basándose en datos de 2021 y 2022, se reveló que el 95% de las madres utilizaban sus 16 semanas de licencia inmediatamente después del nacimiento y que el 50% de los padres hacían lo mismo, coincidiendo de manera completa con el tiempo libre de sus parejas. Sin embargo, solamente el 20% de los padres dividía su tiempo de licencia, usando seis semanas inmediatamente después y luego las 10 semanas restantes después de la licencia de la madre. Este estudio concluye que las madres aún tienen dificultades para reincorporarse al trabajo debido a la escasez de opciones para el cuidado del bebé por parte del otro progenitor. En lugar de aumentar el tiempo ofrecido para la licencia de maternidad y paternidad, los autores proponen dividirlo en 20 semanas.
Resumiendo, las féminas aún enfrentan desafíos en el ámbito laboral, debido a la responsabilidad principal del cuidado de los niños y la escasez de infraestructuras de apoyo, como las guarderías, que las coloca en una situación de desventaja. Los expertos sugieren que los permisos parentales se distribuyan rotativamente en lugar de ser utilizados de manera simultánea. Adela Recio asegura que es una propuesta accesible, sencilla y que potencia la participación del padre en el cuidado de los hijos.
El estudio, publicado por el Instituto de Estudios Fiscales, no representa necesariamente la opinión de Hacienda. La investigación también ha identificado una tendencia sesgada en relación a los ingresos y la utilización de los permisos parentales por turnos; los padres con mayor remuneración y contratos estables suelen usar más este tipo de permiso.
Como solución, el informe expone que prolongar las licencias por nacimiento a unas 20 semanas sería más útil que brindar asistencia financiera para las ausencias que son necesarias hasta que el niño cumple 8 años. Adela Recio menciona que «cuando los padres asumen más responsabilidad en el cuidado, las madres pueden comprometerse más con el empleo remunerado». Por ende, promover este enfoque beneficia a largo plazo la trayectoria profesional de las mujeres.