Categorías: Economía
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10 agosto, 2024 9:36 pm

Las bolsas y el ave canaria

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John S. Haldane, un destacado biólogo británico que murió hace casi cien años, se hizo famoso no solo por sus abundantes aportes a la ciencia, sino también por su inteligente solución para prevenir accidentes causados por el monóxido de carbono en las minas.

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Propuso la utilización de canarios, aves increíblemente susceptibles a este gas letal, como herramienta de detección anticipada para permitir evacuaciones oportunas de las minas.

Los inversores han estado durante años en búsqueda de un «canario» para ellos, buscando formas de prever las venideras recesiones económicas, que tienden a tener un impacto negativo en las acciones.

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Uno de los indicadores más comúnmente usados es la pendiente de la curva de rendimientos, la cual ilustra las tasas de interés para diversos plazos y normalmente tiene una pendiente positiva. Por ejemplo, si se presta dinero a diez años, el interés será más alto que si se presta a uno o dos años. Históricamente, cuando la pendiente se vuelve negativa y las tasas a corto plazo son más altas que las a largo plazo, esto ha sido indicativo de una recesión.

Situación

La inusual recuperación post-pandémica que hemos experimentado ha logrado mantener las tasas a largo plazo más bajas de lo que deberían. En los Estados Unidos, cada vez que ha habido una recesión, la curva de rendimiento ha demostrado previamente una pendiente negativa. Y, siempre que la curva se ha vuelto negativa, ha seguido una recesión. No ha habido falsos positivos ni falsos negativos durante los últimos cincuenta años. Por lo general, hay un lapso de dieciocho a veinticuatro meses desde que la curva se vuelve negativa hasta que se confirma oficialmente que la economía está en recesión. Actualmente, llevamos más de dos años con una curva anómala. ¿Será esta vez diferente?

Las fluctuaciones del mercado bursátil en agosto indican que es poco probable que la tendencia continúe. Un combinación de situaciones excepcionales han llevado a que esta etapa de declive en la curva de rendimientos sea inusualmente extensa. Hemos experimentado un recobro sin precedentes después de la pandemia, propulsado por medidas fiscales extraordinarias y una adquisición considerable de bonos por los bancos centrales, manteniendo las tasas a largo plazo más bajas de lo esperado.

En las minas de carbón, el fallecimiento del canario alertaba a los mineros sobre la existencia del monóxido de carbono. No obstante, la relación entre la curva de rendimientos y las recesion es más compleja, dado que la correlación no significa causalidad. Normalmente, una pendiente negativa en la curva se debe a una estricta política monetaria para frenar la inflación y las menores tasas a largo plazo indican confianza en los mercados de que los precios se estabilizarán y, eventualmente, las tasas serán reducidas. No obstante, cuando la recesión se instala, la pendiente de la curva ya ha estado positiva por un tiempo, debido a que el banco central reduce rápidamente las tasas para suavizar el impacto económico. La peculiaridad de la situación actual parece estar llegando a su fin. Durante ciertos momentos de la tormenta financiera de este verano, la pendiente de la curva ascendió a territorio positivo por primera vez en mucho tiempo.

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