El consorcio de Hungría, Ganz-Mavag, está dispuesto a ofrecer hasta un 48% de capital en Talgo a compañías industriales de España. También ofrecería a estas empresas un voto decisivo en la junta directiva de Talgo, un voto que sería necesario para la aprobación de decisiones estratégicas.
Ganz-Mavag, que oficialmente publicó una oferta de compra del 100% del capital de Talgo el 7 de marzo, tiene como dueños principales la compañía de trenes Magyar Vagon con un 55%, y la empresa del gobierno húngaro, Corvinus, con el restante 45%.
Talgo decidió descartar un acuerdo con Škoda para postularse juntos para el contrato de Flix Train en Alemania. Fuentes cercanas indican que el accionista principal de Ganz-Mavag tiene la posibilidad de adquirir las acciones de Corvinus al precio de la oferta de compra y venderlas a cualquier inversionista interesado. Ganz-Mavag estaría dispuesto a ejercer esa opción, lo cual daría lugar a la salida del gobierno húngaro de los accionistas, a cambio de que ingresaran los socios industriales propuestos por el gobierno.
Las mismas fuentes indican que Escribano es uno de los posibles candidatos al que Ganz-Mavag ve con agrado, ya que comparten el mismo lenguaje y tienen una gran profesionalidad en la industria. El gobierno tenía la misma idea de acercarse a Escribano para ser socio financiero de Škoda.
No obstante, el obstáculo es que Escribano no tiene la capacidad financiera para cubrir los 290 millones de euros requeridos para la adquisición de la participación del gobierno húngaro en Talgo, a un precio de 5 euros por acción.
El consorcio húngaro le ha informado al gobierno en la Moncloa de su plena disposición tanto a nivel corporativo como financiero. La propuesta incluye un voto controlador y propuesta de modificación en los estatutos de Talgo, permitiendo a los socios españoles el poder final en la votación de cuestiones estratégicas designadas por el gobierno, como la contratación y la ubicación de la sede.
András Tombor, el alto ejecutivo del consorcio Ganz-Mavag, había manifestado en Madrid a principios de julio, su voluntad de admitir socios industriales o financieros en el trato si con esto el Gobierno facilitaba la operación, aunque no detalló las condiciones. La respuesta gubernamental consistió en posponer la decisión de agosto hasta octubre.
Talgo había rechazado la posibilidad de realizar un acuerdo industrial con Škoda para postularse conjuntamente a el contrato de Flix Train en Alemania.
Hubo un tiempo en que la propuesta de Škoda, grupo checo, fue relevante, el Ministro de Transporte, Óscar Puente, planteó una opción alternativa a la OPA. Conforme pasaron las semanas, el consejo directivo de Talgo formalmente declinó esta propuesta que consistía en la fusión de negocios sin ninguna recompensa económica. Talgo ya había considerado asociarse con Škoda para el contrato de fabricación de trenes alemanes con Flix-Train, pero decidieron no hacerlo ya que Škoda no tenía la capacidad de producción que Talgo necesitaba. Pero principalmente, Trilantic, el fondo de inversión dominante en Talgo, que ha estado intentando vender su participación durante años, y que al encontrar una propuesta lucrativa para vender su participación (fue quien seleccionó a Ganz-Mavag), no está dispuesto a renunciar ahora a la oferta de 5 euros por acción que los húngaros están ofreciendo.