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Aunque la Fed mantiene los tipos de interés sin cambios, abre la posibilidad de una potencial reducción en septiembre

La Reserva Federal (Fed) decidió mantener intactas las tasas de interés como ha sido la tendencia en sus siete últimas reuniones, oscilando entre el 5.25% y el 5.5%, su punto más alto en veinte años. Sin embargo, la atención estaba puesta en posibles indicaciones de lo que está por venir, y su determinación también ofrece señales de que se podría iniciar una reducción en las tasas de interés en un futuro cercano, sentando así las bases para un posible recorte en septiembre, después de reconocer los avances en su lucha contra la inflación en los últimos meses.

Las expectativas por una mayor certeza persisten, y las posibilidades de un recorte en la próxima reunión se mantienen en equilibrio, con un 50-50, según los analistas. Por lo tanto, el primer recorte desde principios del 2020 podría producirse tan pronto como septiembre, según la mayoría de los expertos en Wall Street.

Los inversores se mantienen a la expectativa de esta decisión, buscando señales de que la Fed, tras su reunión de dos días, empezaría a moderar su política monetaria restrictiva para contener la subida de la vida. El Dow Jones experimentó un repunte, incrementando en más del 1%.

No obstante, los líderes del banco central no dieron señales claras de que dicho recorte sea inmediato, conservando el discurso acerca de su preocupación por las condiciones económicas, pese a la evidencia de progreso. También resaltaron la necesidad de lograr más avances antes de reducir las tasas de interés.

«La inflación ha disminuido en el último año, pero aún se mantiene relativamente alta», resaltaron en la comunicación final. A pesar de estos avances, la Fed insistió en que no tomará tal decision a menos que estén completamente seguros de que la inflación ha sido controlada, manteniéndose alerta ante la posibilidad de que se convierta en un fenómeno persistente o ante la amenaza de un decrecimiento en el mercado laboral.

En una reciente conferencia de prensa, Jerome Powell, jefe de la Reserva Federal, indicó que si los datos corroboran que la inflación sigue en descenso y el mercado de trabajo persiste, se podría considerar la posibilidad de reducir las tasa de interés en septiembre.
En sus últimas declaraciones, Powell enfatizó la autonomía de la Fed, afirmando que sus decisiones se basan en las imperativos económicos. Aunque una primera disminución en septiembre, previo a las elecciones, podría desatar cuestionamientos por parte de congresistas republicanos, quienes ya han mencionado la posibilidad de una intervención electoral en caso de que eso suceda.
Si se efectúa esta reducción, el valor de las acciones podría incrementar y podría haber un renacimiento en la actitud de los consumidores con la expectativa de que la inflación está siendo manejada y regulada adecuadamente. Esto podría ser beneficioso para Kamala Harris, vicepresidenta y candidata demócrata, en las elecciones que se llevarán a cabo en noviembre.
Varios analistas piensan que Powell estaría dispuesto a considerar una posible disminución en septiembre, sin asumir un compromiso concreto con un plan de acción. El razonamiento es que si la inflación muestra señales positivas entre ahora y septiembre, entonces podrían afirmar que las cosas están yendo bien y iniciar la reducción.
El continuo descenso en el incremento de precios y el aparente enlentecimiento del mercado laboral después de su impulso en el 2023 son dos factores a tener en cuenta. Un menor consumo era otra señal de advertencia que podría causar que los administradores del banco central terminaran una aterrizaje controlado y cayeran en una recesión.
Han tomado nota de lo sucedido a principios de este año, cuando con gran firmeza expresaron que deseaban disminuir las tasas de interés lo más pronto posible dados los informes favorables sobre la inflación. Sin embargo, los datos de febrero y marzo dieron un giro inesperado a estos planes.

Las noticias más recientes indican que la inflación ha disminuido más de lo previsto, lo que se une a la posibilidad de que la economía se desacelere más de lo inicialmente calculado. Esto se ve especialmente en un estancado mercado de bienes raíces y la fragilidad de los consumidores con menor capacidad financiera. Esto podría simplificar la opción de disminuir la presión, ya que evidenciaría que las altas tasas están generando los efectos buscados tanto en la actividad económica como en la inflación.

Raghuran Rajan, ex director del banco central de India, comentó en una entrevista para The Wall Street Journal: «La Fed está consciente de que la estrategia implementada es la adecuada, aunque algunas áreas de la economía están en retroceso, aún se observa fortaleza en otras».

Antiguos responsables de la Reserva Federal y economistas privados sostienen que los argumentos que avalarían un primer recorte en septiembre, tales como noticias positivas en inflación, desaceleración del gasto y del mercado laboral, o el riesgo de una fragilidad innecesaria, también hubiesen justificado un recorte este miércoles por parte del banco central. Sin embargo, no sucedió.

Puesto que los gobernadores de la Fed recalcaron que todavía no están completamente seguros de que la inflación se encuentra en un camino sostenible hacia el objetivo del 2%, la meta establecida por la entidad.

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