A pesar de ser un cliché la dificultad de alquilar una propiedad para estancias largas durante el verano, la realidad indica que existen muchas ventajas en esta época del año. De hecho, el alquiler de una propiedad en verano es absolutamente posible e incluso más factible de lo que se cree.
Contrario al estereotipo, alquilar una vivienda para uso regular durante el verano puede resultar sencillo. Es durante este periodo cuando se registra una mayor actividad de inquilinos buscando una casa para habitar regularmente, lo que incrementa la demanda. Este fenómeno está vinculado al aumento de tiempo libre que las vacaciones ofrecen, propiciando que los futuros arrendatarios dediquen más tiempo a buscar y visitar propiedades de alquiler.
También es un momento donde se reconsideran metas y mejoras personales, lo que puede incluir un cambio de residencia.
Además, los dueños de las propiedades pueden aprovechar el verano por sus largas horas de luz, lo que crea un entorno ideal para incrementar la cantidad y calidad de las visitas a las propiedades, ya que estas se ven más acogedoras y atractivas. Como dueño, también es posible que se disponga de más tiempo libre, lo que proporciona una mayor flexibilidad para gestionar las visitas y los trámites necesarios en caso de concretar una renta.
Un factor que genera una ventaja considerable es la escasez de oferta durante el verano, debido precisamente a las vacaciones. En este periodo, menos propietarios están dispuestos a invertir tiempo en la gestión del alquiler de propiedades. Esto, sumado a aquellos que optan por alquileres de corto plazo y a los arrendamientos regulares existentes que cambian a modalidades temporales, reduce la competencia.
Finalmente, alquilar una propiedad para uso regular durante el verano tiene un beneficio adicional. Esta carencia de oferta puede permitir establecer un precio mensual más elevado y obtener así una mayor rentabilidad.
Para lograr rentar un inmueble durante el periodo estival, se pueden seguir algunas sugerencias:
– Acondicionamiento del hogar: es prioritario una óptima higiene y orden, así como el mantenimiento adecuado, reparando cualquier anomalía existente. Además, es conveniente tener una decoración sobria.
– Establecer un costo atractivo: no se sugiere fijar un precio muy elevado, para no desalentar a posibles locatarios, ni muy bajo para no incurrir en pérdidas. La mejor opción es tomar consejo de un profesional del área.
– Disponer de un anuncio efectivo: tal como indica el refrán: “Una foto vale más que mil palabras”. Por tanto, un anuncio llamativo obtendrá más atención y atraerá mayor número de posibles arrendatarios. Es vital incorporar una descripción precisa, fotografías agradables y de alta calidad, y datos para contacto.
– Llevar a cabo visitas productivas: procurar realizar el mayor número de visitas posibles, mostrándote flexible y amable con los visitantes, procurando que se sientan a gusto en el inmueble.
Es fundamental recordar que, a pesar del deseo de rentar rápidamente, es esencial seleccionar correctamente al arrendatario y elaborar un contrato de alquiler adecuado.