Categorías: Economía
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3 agosto, 2024 4:36 pm

La disminución del déficit comercial es propulsada por el motor y la industria química

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La economía de Cataluña ha logrado una disminución significativa en su déficit comercial en los últimos años. Específicamente, la discrepancia entre las exportaciones e importaciones se ha reducido en un 48.6% en el intervalo entre 2019 y 2023, alcanzando una cifra de 9.312 millones de euros en el último año, tal como indica un estudio realizado por la Cambra de Comerç de Barcelona.

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Esta optimización de la balanza comercial con otros países ha sido posible gracias al impulso de sectores como la industria automotriz y química, los cuales se han destacado por su competencia en la producción de bienes de valor agregado.

La minimización del déficit comercial tiene varios impactos positivos en la economía.

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Una de las principales ventajas es que ha representado un factor fundamental para el crecimiento económico en 2023, año en que el PIB catalán presentó una alza del 2.6%. Otra ventaja es su aportación a la balanza de pagos, contribuyendo a la disminución del endeudamiento de la economía. «Si tu balanza comercial es negativa, estás solicitando recursos. En esencia, estás gastando más de lo que generas», explica Joan Ramon Rovira, director de investigaciones de la Cambra. «Contrario a esto, si tienes un superávit, tienes la opción de reducir la deuda», agrega.

En la década de los 2000, el déficit comercial representó el 12% del PIB, esta cifra ha disminuido hasta un 4,2% en la actualidad. Esta tendencia a la reducción del déficit comercial es una constante desde principios de este siglo, aunque las variaciones anuales son notablemente significativas. «Si miramos series más largas, podemos identificar claramente tres fases», añade el economista.

En 2023, la industria química reportó ingresos netos de 3.859 millones de euros, mientras que los ingresos del sector de automoción ascendieron a 687 millones de euros. Rovira describe que la crisis financiera causó una situación de “innovación destructiva”, dando lugar a empresas supervivientes más competitivas y globalizadas. La Cambra señala que este descenso se debe a una mejora en la competitividad de la industria catalana.

Se puede observar claramente este fenómeno en la evolución del precio unitario por tonelada en el comercio internacional. En el sector automovilístico, las exportaciones han experimentado un aumento del 29.2%, mientras que las importaciones solo han crecido un 14.2%. Este crecimiento coincide con el lanzamiento de la marca Cupra por Seat.

Estos modelos se destinan a un segmento de mercado que se encuentra entre los coches para el público en general, como Seat, Citroën o Renault, y los de lujo. Esta nueva estrategia proporciona a la empresa del grupo Volkswagen una rentabilidad mucho mayor que la obtenida con sus vehículos originales.

Algo similar sucede con la industria química. El precio unitario por tonelada en las exportaciones ha aumentado un 49.2%, mientras que el de las importaciones ha crecido un 33.5%.

“El polo petroquímico de Tarragona adquiere materias primas a precios reducidos y, luego de aplicar un proceso de generación de valor añadido, vende un producto final a un precio significativamente más alto”, comenta Rovira. Las exportaciones químicas también incluyen productos farmacéuticos, destacando compañías líderes como Grifols y Almirall.

La trayectoria de estos dos sectores contrasta con la industria de equipos. El costo del precio unitario en las exportaciones creció un 12.8%, inferior al crecimiento de las importaciones, que fue del 14.9%. Los demás sectores muestran diferencias menos marcadas, con una brecha de diez puntos porcentuales.

La progresión en el comercio internacional en 2024 está, sin embargo, volviendo a acrecentar el déficit comercial. Rovira indica que necesitamos observar cómo se desarrolla el año restante y enfatiza que la evaluación no se puede hacer tomando en cuenta solamente un año. Jordi Tristany, quien dirige la Asociación de Empresas Exportadoras Amec, afirma que este año también comenzó con una disminución significativa en las exportaciones de alto valor añadido. “Es cierto que la economía catalana ha incrementado su presencia en el comercio global en los últimos años, pero existen posibilidades de que estemos ante un cambio en la dirección», advierte.

Tristany menciona que el factor principal tras el progreso del comercio internacional hasta ahora ha sido principalmente la moderación salarial. “Nuestro crecimiento se compara con el de los años setenta. No hemos vuelto a los salarios pre-pandemicos», explica el director. Rovira, por otro lado, también destaca la moderación salarial de los últimos años como un punto importante y sugiere que su progresión, junto con los precios de la energía, será crucial para consolidar esta nueva fase de reducción del déficit comercial.

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