La nueva cosecha se ve afectada por la prolongación de la sequía (a pesar de que en regiones como el Penedès ha habido un aumento de lluvia en 2024 después de tres años agotadores), la constante tarifa de la uva impuesta por los mayores productores, y una tormenta de granizo que ocasionó la pérdida de entre 10 a 12 millones de kilos de uva en el Penedès el 1 de junio.
Se estima que la producción podría ser un 30% a un 50% menor que en una temporada promedio, aunque en regiones como Penedès podría ser de un 15% a un 20% mayor que en 2023, a pesar de las podas de emergencia realizadas para preservar las vides deshidratadas.
A pesar de preocupantes brotes de mildiu y oídio, la cosecha presenta un buen estado sanitario general de las uvas, con una excelente calidad.
Jaume Domènech, encargado del sector vitivinícola del sindicato Joves Agricultors i Ramaders de Catalunya, asegura que solo en la región del Baix Penedès se podría experimentar una reducción en la producción de vino en torno al 40% en comparación con el promedio regular, y un 30% en el Alt Penedès. En las zonas de la Conca de Barberà y Alt Camp, se anticipa una merma de entre el 20% y 25%. Las áreas de Terra Alta con viñedos irrigados preveen una cosecha «normal», pero en los viñedos de cultivo de secano se teme «la peor cosecha jamás registrada”. Numerosos lotes en Terra Alta, incluso, no tendrán ninguna cosecha. Domènech especula que los precios se mantendrán acorde a la campaña del 2023, con posibles pequeños incrementos que sin embargo no compensarán el creciente costo de producción y la reducción en cantidad. Domènech “demanda” que haya un alza en el precio de las uvas para equilibrar el aumento del costo y la falta de existencias de vino base cava. Por lo tanto, insiste en que el costo por kilo no debería ser menos de 80 centavos (media de 60 centavos pagados el año anterior).
El encargado del sector de viñedos y vino del sindicato agrícola Unió de Pagesos, Josep Marrugat, sostiene que “se debería orientar hacia la eliminación del segmento de los cavas más baratos para poder abonar mejores precios por las uvas”. Afirma que se esforzarán para que los viticultores puedan beneficiarse de subsidios debido la actual mala situación del sector. De acuerdo a la Generalitat, el costo de producción de un kilo de uvas oscila entre 0,45 y 0,50 euros para el viticultor.
El consejo regulador de la Denominación de Origen (DO) Cava ha aprobado, con el respaldo del Ministerio de Agricultura, maniobras extraordinarias en respuesta a las circunstancias meteorológicas actuales. Dicho plan consiste en permitir la creación de un fondo de calidad bajo normas más flexibles para favorecer el incremento en la producción. Según explica el Ministerio de Agricultura, dados los efectos cada vez más notorios del cambio climático en el ámbito agrícola y en los productos derivados de este, como el cava, y ante la aparición de cosechas desiguales y cambiantes, es esencial implementar estrategias que ayuden a mitigar y lidiar con las repercusiones negativas que esta situación supone para la sostenibilidad. Esta medida promoverá el fortalecimiento de la disponibilidad de la producción de uva y vino, manteniendo siempre la calidad que garantiza la DO Cava. Javier Pagés, presidente del consejo regulador, se ha mostrado cautelosamente optimista y ha reconocido el empeño de los viticultores. Agenda una cosecha de calidad y espera que no sea tan reducida como se menciona desde los representantes de los viticultores. Esta iniciativa busca impulsar la sostenibilidad económica del sector.
Hoy martes, en las tempranas horas de la mañana, inició la temporada de cosecha en Gramona de Sant Sadurní d’Anoia, con un aumento del 20% en el precio de las uvas en comparación al año pasado, pasando a costar una media de 1,20 euros el kilo. Jaume Gramona, el presidente de esta bodega Corpinnat, anticipa una excelente cosecha siempre y cuando no se vea afectada por olas de calor. Juvé & Camps, otra bodega de Sant Sadurní d’Anoia, también incrementó el precio de compra de las uvas en un 20% según su CEO, Meritxell Juvé.
Por otra lado, las cavas Vallformosa de Vilobí del Penedes mantendrán sus precios como el año pasado, con un promedio de 65 centavos por kilo. La CEO Marta Vidal aseguró que «desde el primer día de julio, hemos estado firmando contratos con nuestros proveedores garantizando un precio mínimo similar al del año pasado para promover la sostenibilidad económica del sector vitivinícola del Penedès».
Raventós i Blanc, en Sant Sadurní d’Anoia, ha disfrutado de una «primavera mediterránea y esperanzadora». Hasta mediados de junio, se recolectaron 286 litros/m², igual que en el ciclo anterior. Su director general, Pepe Raventós, cuenta con poder pagar hasta 1,20 euros por kilo (dependiendo de la calidad). La poda de supervivencia del invierno pasado sugiere una producción media a baja, pero con una buena acidez y madurez de las uvas.
De acuerdo con el Institut Català de la Vinya i el Vi (Incavi) de la Generalitat, las condiciones actuales de temperatura y acceso a agua son superiores a las de los dos últimos años. Sin embargo, en las zonas de origen del sur de Catalunya, la pluviosidad no ha aumentado notablemente en comparación a otros años anteriores, y, de hecho, la sequía ha empeorado particularmente en la región del Priorat. A pesar de la aparición de mildiu y oídio, la salud de la uva en este punto se considera bastante buena. Es el caso de regiones como Penedès y Empordà, donde se necesita un esfuerzo adicional, especialmente en aquellas fincas donde se practica la agricultura ecológica. Según constataciones del Incavi, la producción de uva de esta cosecha, basándonos en las variedades y ubicaciones que este organismo supervisa, resulta ser un poco menor al promedio de las últimas dos décadas. Aseguran que «a pesar de la intensa sequía que han soportado las viñas en las pasadas dos temporadas, se puede considerar que la producción de uva ha sido satisfactoria». Sin embargo, el Incavi matiza que «existen posibles eventos climáticos significativos que podrían impactar de manera directa en la cantidad y la calidad de la uva finalmente recolectada». Penedès está solicitando agua.
Los habitantes del Penedès han mostrado inquietud a raíz de interminables años de sequía y el impacto del cambio climático, que han resultado en una considerable mortandad de viñedos. Desde este reconocido centro vinícola de Catalunya, se manifestó a las autoridades, a través de la Taula Nacional de l’Aigua, la necesidad urgente de implantar medidas como la distribución de agua desalada para riego, la formación de una comunidad de agricultores, la reutilización de agua de la producción vinícola, y la utilización de agua subterránea para la industria. Ahora, será tarea de la Generalitat identificar vias factibles para irrigar y salvaguardar los viñedos de la región que se encuentran en un estado de sequedad extrema. Al respecto, el conseller de Acció Climàtica, David Mascort, aseguró que la creación de una comunidad de regantes en la viña del Penedès y el Garraf (25,000 hectáreas) “asegurará oportunidades para todos y promoverá el desarrollo de la región”.
En el Penedès, la mayoría de las consultas, 24 de 36 en total, han girado alrededor del manejo y reutilización de agua. Dichas propuestas serán presentadas en la Taula Nacional de l’Aigua junto con las 656, presentadas en Catalunya. Diversas sugerencias fueron recolectadas por ocho comisiones regionales (Alt Pirineu y Aran, Barcelona, Catalunya Central, Girona, Lleida, Penedès, Tarragona y Terres de l’Ebre), generando 351 propuestas y siete comisiones sectoriales sumando 305 propuestas más. Toda esta contribución permitirá elaborar un informe final que se revelará en el plenario de la Taula Nacional de l’Aigua. Finalmente, el pleno evaluará y priorizará las propuestas y las transmitirá al Govern de la Generalitat, quien determinará el plan de ejecución según factores de viabilidad económica, aspectos técnicos y competenciales.