El pionero plan de pensiones grupales de España, específicamente del sector de construcciones, ha logrado sobrepasar los 500,000 participantes en sus primeros seis meses de implementación, según cifras registradas tanto por las corporaciones dentro de la Confederación Nacional de la Construcción (CNC) como por los sindicatos UGT y CC.OO.
Este plan representa una innovación sin precedentes en España, sirviendo como guía para otros campos, incluyendo la industria hotelera que mantiene observación meticulosa al modelo. Para el campo de construcción, la meta es ofrecer beneficios a corto plazo a cerca de un millón de empleados y posibilitar a los autónomos a adherirse si así lo desean.
La reforma impulsada por Escrivá durante su papel como ministro de Seguridad Social promueve los planes de pensiones grupales.
Los números preliminares indican que hasta la fecha, aproximadamente 56,000 empresas se han unido al fondo contribuyendo colectivamente a un resistente comienzo con 100 millones de euros. El potencial ahorro acumulado puede llegar a cerca de 3 mil millones de euros y la entidad responsable de administrarlo es VidaCaixa, una subsidiaria de CaixaBank.
El Plan de Pensiones de Empleo Simplificado del Sector de la Construcción, como se le denomina, está excediendo «todas las expectativas», de acuerdo con la apreciación de la CNC, UGT y CC.OO. Las cifras, declaran las corporaciones y los sindicatos, «constituyen un logro que muestra la confianza de los profesionales y las empresas en este formidable plan». También servirá para que la industria se vuelva «más atractiva y competitiva».
Reclamos en la industria financiera.
La actual iniciativa de simplificación de los planes de empleo fue introducida por José Luis Escrivá, el ministro de Transformación Digital actual, durante su periodo como jefe del departamento de Seguridad Social. Esta iniciativa favorece los planes colectivos en vez de los individuales, creando ciertas polémicas. Según la asociación Inverco, esta estrategia ha estado perdiendo ventaja durante un periodo de crecientes tasas de interés, lo que ha resultado en una disminución significativa de las contribuciones a los planes individuales de empleo.
El sector de la construcción fue el primero en identificar los beneficios del nuevo sistema y se ha puesto a la vanguardia en su implementación. El sector aprovechó la oportunidad para negociar nuevas contribuciones mensuales durante la revisión de su acuerdo colectivo, dedicando parte de un aumento salarial acordado del 10% entre 2022 y 2024 a este esquema de ahorros.
A partir del 1 de febrero hasta el 30 de abril, las empresas han hecho sus aportaciones correspondientes para los años 2022, 2023 y 2024. Este fondo se sigue incrementando a través de contribuciones mensuales.
“La construcción es un ejemplo del diálogo social y de la madurez en la negociación colectiva. Ha posicionado a la industria como un líder innovador y atractivo en el sector», han declarado CNC, UGT y CC.OO. Aseguran que estos planes atraerán talento en un momento de escasez de trabajadores.
Este plan también cubre a los empleados de los grandes conglomerados de construcción del país como ACS, Acciona, Sacyr, FCC, Ferrovial y OHLA, e incluso a empresas más pequeñas. Conforme a las estadísticas del INE, la construcción contribuye alrededor del 5% del PIB nacional.
El concepto es que los ahorros funcionen como un suplemento a la pensión, proporcionando un beneficio más atractivo gracias a las ventajas fiscales. Cuando las empresas propusieron el plan, el cálculo era que un empleado con un salario de 20.000 euros en 2021 habría acumulado 35.000 euros a través de este método después de 25 años.
La industria de la hostelería reclama su oportunidad
La hostelería es otro gran sector que muestra interés en este nuevo modelo de planes colectivos de pensiones. La asociación de la industria, Hostelería de España, ha intensificado las conversaciones para establecer lo que sería la mayor iniciativa de este tipo en términos de números de empleados. Según sus estimaciones, hay dos millones de personas trabajando en el sector.
El desafío radica en que no existe un único convenio colectivo para los trabajadores de hostelería, sino más de diez, algunos de ellos de carácter provincial. Los mecanismos para implementarlo serían el Acuerdo Laboral Estatal de la Hostelería (ALEH) y la fundación del sector. El beneficio para la empresa es una reducción de la cuota a la Seguridad Social, mientras que para el empleado, se ofrece una deducción en el IRPF.
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