Óscar Puente, el Ministro de Transportes y Movilidad Sostenible, solicitó la intervención de Renfe para entender directamente la capacidad industrial de Ganz-Mavag, un consorcio húngaro que ofreció una compra pública de acciones (opa) para adquirir el total de acciones de Talgo en marzo pasado.
Según dos informantes independientes de La Vanguardia, a principios de mayo, Renfe recibió una orden del ministerio liderado por Puente. Éste debía indicar a Talgo y Ganz-Mavag el interés del antiguo monopolio ferroviario en conocer las instalaciones de la planta de producción de material ferroviario de Dunakeszi Járműjavító (DJJ) en Dunakeszi, propiedad de Ganz-Mavag, a una media hora de Budapest.
La visita se programó para los días 29 y 30 de mayo con la asistencia de dos empleados de Renfe. Sin embargo, la visita se canceló repentinamente solo 24 horas antes de la fecha programada sin dar ninguna explicación, y desde entonces, ningún interés ha sido mostrado en reprogramar la visita.
Hace algunas semanas, se informó que el gobierno español había transmitido la impresión de que el fabricante húngaro no había demostrado interés en el deseo del gobierno de conocer sus instalaciones. De hecho, el gobierno concluyó que Ganz-Mavag no tiene suficiente capacidad industrial.
El Ministerio de Transportes confirmó haber recibido una invitación para visitar las instalaciones del conglomerado húngaro y verificar directamente su capacidad productiva. Sin embargo, al no lograr acordar una fecha para la visita con la empresa, tras negociaciones, el gobierno español decidió no enviar a inspectores técnicos.
Desde que se planteó la oferta pública de adquisición (opa), las autoridades no han escondido su rechazo a esta maniobra comercial. Las relaciones de Ganz-Mavag con el gobierno extremista de derechas de Hungría, liderado por Viktor Orban, se perciben como una amenaza para la transferencia de tecnología esencial de Talgo. Además, fuentes gubernamentales insisten en que Ganz-MaVag no cuenta con la capacidad industrial necesaria para mantener la estrategia comercial de Talgo y hacer frente a los acuerdos de la compañía con sus clientes.
La cancelación de la visita planeada para mayo coincidió con encuentros, que este periódico publicó, entre el Ministro de Transportes, Óscar Puente, y el fabricante de trenes checo, Skoda. Dichas reuniones se llevaron a cabo con el fin de formular una propuesta que pudiera competir con la opa del conglomerado húngaro. Los detalles de este plan se dieron a conocer la semana pasada por medio de una carta enviada por Skoda a Talgo, y publicada por la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV).
En esta carta, Skoda ofrece sus 7 fábricas de producción, que abarcan un total de 300,000 metros cuadrados y 6 millones de horas de producción, para satisfacer las necesidades de Talgo. Según Skoda, estas necesidades ascienden a un máximo de 65,000 metros cuadrados y 1,5 millones de horas de producción.
Son varias las ofertas industriales en juego.
La fábrica Ganz-Mavg en Dunakeszi abarca 270,000 metros cuadrados, de los cuales cerca de 70,000 se dedican a la producción industrial. Esta fábrica alberga a aproximadamente 850 trabajadores y tiene la capacidad para producir 300 vehículos al año. Según explicó András Tombor, ejecutivo de Ganz-Magav, durante la presentación del plan estratégico en Madrid, toda la producción que realiza Talgo en la planta de Rivabellosa (Álava) será replicada en la instalación de Dunakeszi. Talgo revelará sus rendimientos del primer semestre del año este martes.