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Las monedas de dos euros valen dos euros, aunque no siempre. Muchas personas van con un puñado de monedas en el bolsillo sin saber que, quizás, una de ellas podría valer incluso más de mil veces su supuesto valor. Hay monedas de cinco pesetas por las que se podrían llegar a pagar hasta 36.000 euros, todo depende de la antigüedad y exclusividad de cada una de ellas.
Sin embargo, los expertos en numismática no solo van a la caza de pesetas antiguas de gran valor, sino que hay también una serie de monedas de euro que, debido a los pocos ejemplares que se fabricaron, poseen un valor mucho mayor del que tiene.
Algunas, en cambio, su valor es menor que el monetario.
En este sentido, aparecen las monedas de uno y dos céntimos, que debido a su inutilidad se están acercando a su desaparición. Su hermana mayor, la moneda de dos euros, en cambio, está en una situación diametralmente opuesta. La facilidad con la que se encuentra y su utilidad hace que algunas de ellas muy específicas tengan un valor de hasta 3.000 euros.
Esta moneda se fabricó para conmemorar el vigésimo Día de la Juventud, que tuvo lugar en 2005. A pesar de que su valor no es excesivamente elevado, sigue siendo llamativo. Concretamente, para obtener un ejemplar de la moneda de Ciudad del Vaticano deberás desembolsar hasta 370 euros. El centro contiene la Catedral de Colonia junto a un cometa pasando por encima.
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