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Si estás pensando en alquilar tu piso pero te da cierto reparo, te contamos cómo puedes arrendar tu vivienda de manera segura y cuáles son todas las precauciones que debes tomar previamente para escoger al inquilino adecuado.
Haz una adecuada tasación
El primer paso al poner el piso en alquiler es obtener una correcta tasación. Esto quiere decir, obtener una respuesta a la pregunta ¿cuánto vale mi piso? En esta ocasión, sería por cuánto se puede alquilar la vivienda. Para ello, es fundamental contar con la tasación de los expertos, algo que puedes hacer con la ayuda de una Inmobiliaria en Barcelona que se dedique a la Gestión de alquiler de pisos en Barcelona y que te pueda orientar o a través de portales especializados que te pueden dar esta información online.
Una vez ya sabes cuál es el rango de precios por el cuál se podría alquilar la vivienda será el momento de decidir el monto que se desea pedir. Para ello, es fundamental tener en cuenta aspectos como si el edificio cuenta con ascensor o no, el estado del piso, el número de habitaciones que tiene y los m2. También se deberá valorar si se trata de un ático o si es un bajo pero tiene terraza, entre otros aspectos.
Ayúdate con expertos
Es importante que dejes tu vivienda en manos de expertos. Las inmobiliarias trabajan con este tipo de productos adecuados, conocen mejor que nadie el mercado en el que se encuentra tu vivienda y, además, suelen tener una cartera de clientes que pueden estar interesados en alquilar viviendas como la tuya. De esta forma, el proceso es bastante más rápido y sencillo. Además, no tendrás que preocuparte por ser tú el que tenga que estar recibiendo llamadas, mails y haciendo las visitas a tu propia vivienda con los diferentes candidatos.
Solicita la documentación necesaria
Siempre a la hora de adquirir una vivienda es importante que pidas información que te ayude a ver la solvencia real del posible inquilino. Las tres últimas nóminas y la última declaración de la renta será algo crucial para tomar una decisión. También ten en cuenta aspectos como si es un empleado indefinido o la vida laboral del mismo. Generalmente, toda esta documentación ya la facilita la inmobiliaria que se encarga de pedirla a las personas interesadas, pero será el propietario el que tenga que valorarla adecuadamente antes de tomar una decisión.
Apuesta por un seguro
Hacer un seguro de alquiler puede ser una buena opción. Puedes hacer esto, por ejemplo, a través de Alquiler Seguro, cualquier aseguradora, etc, y te ofrecerá una tranquilidad extra. De este modo, será el seguro el que evaluará la idoneidad del candidato. Para ello, necesitará las últimas nóminas, su declaración de la renta, y también tendrá en cuenta y consultará si la persona que busca alquilarte la vivienda está en ficheros de morosos por haber incurrido antes en impagos. Estudiando estos datos y con la vía verde del seguro, te garantizarás que la persona que te alquila la vivienda es solvente.
Además, en el caso de que, por el motivo que sea, deje de pagar tu inquilino el seguro se hará cargo de pagarte la mensualidad por un periodo que, generalmente, suele ser de doce meses. En ese tiempo ellos mismos te garantizan el desahucio del inquilino en cuestión que se encuentra sin pagar. Aunque son situaciones que no suelen darse, por lo general, no está de más tomar todas las previsiones posibles. Este servicio tendrá un coste sobre la mensualidad generalmente, aunque lo mejor es informarse porque depende de las condiciones de la empresa que hace este seguro.
Revisa el contrato
Antes de firmar el contrato, lee bien las cláusulas tipo que tiene. En el caso de que, como propietario, quieras poner alguna cláusula adicional será el momento de introducirla. Aunque se pueden hacer modificaciones a posteriori del contrato ya será más complicado porque el inquilino estará dentro y tendrá más fuerza su palabra, pudiendo negarse de manera más sencilla.
Por ejemplo, si quieres introducir una cláusula sobre pintar las paredes, hacer modificaciones, etc y sus consecuencias, mejor hacerlo previamente. El posible inquilino sabrá de antemano que son las condiciones para entrar en casa y que debe firmarlas. En cambio, si ya está dentro, habéis firmado un contrato previo y demás, podrá negarse de manera más fácil a hacer modificaciones puesto que ya está en casa con su contrato firmado.