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El comercio electrónico en España aporta más de 15.000 millones de euros en beneficios durante el 2022

La proyección ha sido imparable. Según CNM Data, la llegada de la pandemia y las restricciones de movilidad supusieron todo un hito para las ventas por internet. Tanto es así que en el año 2021 el comercio electrónico en nuestro país creció un 24% con respecto al anterior. Durante el 2022, la tendencia ha seguido un curso alcista, reportando el sector un beneficio neto de 15.627 millones de euros, lo que supone un crecimiento del 25,3% interanual. Mientras que en el resto del mundo los datos señalan el estancamiento actual del número de compras y ventas de carácter online, en territorio nacional las perspectivas de crecimiento a corto y medio plazo son más que evidentes.

España ha alcanzado el puesto número 11 en el top mundial de países con mejores ventas en Ecommerce durante 2022. Según un estudio elaborado por Sale Cycle, el país ha logrado consolidar en los últimos años esta área de negocio como uno de los pilares más importantes de su economía. De tal manera, se calcula que su aportación al Producto Interior Bruto (PIB) nacional en el último ejercicio superó el 4,5%, cifra que se sitúa dos puntos por encima de la media de la Unión Europea, superando a países como Italia o Portugal.

Sectores más destacados

Conforme a los datos aportados por la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) en su informe actual, el sector con más ingresos es el correspondiente al textil. En 2022, casi la mitad de los españoles ha comprado en algún momento ropa vía online. Y no solo eso, sino que aproximadamente un 60% de los residentes en España ha realizado una venta de ropa de segunda mano a través de internet. Los dos gigantes de la venta online, Aliexpress y Amazon, junto con otras plataformas de gran relevancia como Shein, Asos o Inditex, siguen liderando el podio del segmento.

Las agencias de viajes y los negocios de turoperadores turísticos han sido otros de los grandes beneficiados en el espacio del Ecommerce. La recuperación de la movilidad tras la pandemia durante este año ha disparado la actividad online en empresas de esta índole, que han crecido en más de un 355% en los últimos doce meses y cuyas ventas han logrado superar los 15.500 millones de euros.

El impacto del comercio digital también se ha notado considerablemente en sectores de restauración, ocio y alimentación. Las plataformas de delivery o de entrega de productos a domicilio han experimentado una crecida exponencial durante los últimos años, triplicando sus ingresos en ventas a lo largo de este ejercicio. A las tradicionales pizzerías, hamburgueserías o bocaterías, que han aumentado su servicio a domicilio en un 124%, se les han sumado otras ofertas de restauración como arrocerías, braserías o bares de tapas.

En la misma sintonía se han movido las farmacias y las marcas de cosmética que se han sumado al comercio electrónico. En concreto, la industria farmacéutica ha registrado este año un aumento de negocio de un 450% en cuanto a sus ventas, mientras que el mundo de la dermocosmética online ha crecido un 30% con respecto al 2021. Si bien es cierto que durante los años prepandémicos primaba en estos sectores el asesoramiento en persona, a día de hoy se ha terminado imponiendo el webrooming y las consultas digitales, despertando así una mayor cota de confianza entre los clientes de productos de salud.

Todos estos datos corroboran que, a pesar de que en nuestro país sigue existiendo cierto recelo hacia el pago online, la tendencia de los españoles se va decantando lenta, pero dinámicamente, por el comercio digital. Según muestra el European Ecommerce Report 2022, un 71% de los residentes en nuestro país hizo al menos una compra por internet en el último año.

En suma, el mercado del Ecommerce en España se presenta en la actualidad como un sector consolidado y con perspectivas de crecimiento en el futuro próximo. Pese a las crisis como la del coronavirus o la guerra de Ucrania, los expertos calculan que el negocio del comercio electrónico experimentará una subida de hasta un 25% en los próximos años y que cada vez más negocios físicos trasladarán sus ventas hacia el mercado virtual.

La importancia de la ciberseguridad

Una de las razones que se esconde detrás de este repunte es sin lugar a dudas la gran inversión que los negocios virtuales están dedicando a la ciberseguridad. La fórmula está clara: las plataformas que son capaces de proteger al máximo los datos personales de los compradores reciben un mayor tráfico de visitas y acaban siendo más productivas. Con una idea así en mente, las tiendas que operan en internet están siguiendo el modelo informático de protección implantado por las entidades bancarias y las plataformas de juegos de azar, que son las grandes referencias en este campo.

Al respecto, el comercio electrónico ha puesto el foco en primer lugar sobre los bancos de nueva generación, que se han especializado en encriptar los datos sensibles de sus clientes para que no queden expuestos en la red frente a la amenaza de los hackers. Para ello suelen emplear el certificado TLS (Transport layer security), un software que se encarga de ocultar los números de cuenta y las claves privadas que el usuario deposita en la web y que luego se transfieren hasta el servidor.

También los operadores de juego online están sirviendo de ejemplo para los ecommerces, sobre todo a la hora de evitar delitos de suplantación de perfiles. El recurso estrella puesto en marcha por los mejores casinos online de casinos-seguros para identificar correctamente a los usuarios es el denominado sistema KYC (Know your customer). Se trata de un protocolo de verificación de identidad que se ocupa de comprobar telemáticamente que los jugadores que intentan acceder a su cuenta son en efecto quienes dicen ser. En esta tarea, las salas de juego virtuales activan dos procedimientos: la solicitud de la documentación pertinente y la realización de pruebas biométricas como las del reconocimiento facial y las de escaneo de huellas dactilares.

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