La OCDE mejora su previsión para España y la ubica a la cabeza del rebote de las grandes economías europea tanto para este año como para 2022.
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La previsión de la OCDE es que España avance el 6,8% este año, nueve décimas más que la anterior previsión, mientras que el repunte esperado para 2022 es del 6,6%
La OCDE mejora su previsión para España
El histórico desplome que sufrió en 2021 ha tenido sus consecuencias: la economía española rebotará un 6,8% en el presente año. En 2022 el repunte que experimentará el Producto Interior Bruto (PIB) será del 6,6%. Será la potencia europea que más avance durante esos dos ejercicios.
Los motivos son la buena marcha de la vacunación y el desarrollo de los fondos europeos.
La OCDE es el organismo que presenta la actualización de sus previsiones económicas mundiales. Estas son las primeras bajo el mandato del australiano Mathias Cormann, que sustituye a Ángel Gurría. Cormann incluye esa mejoría de las perspectivas de España y, en general, del conjunto de Europa.
España a la cabeza de Europa, según la previsión de la OCDE
El incremento es de nueve décimas para este año, en España, y de otras tres para el siguiente. Existe una revisión al alza muy importante para Italia y algo más ligera para Francia. La rebaja para Alemania en 2021 y el ligero incremento en 2022 darán como resultado el siguiente: la Eurozona avanzará en 2021 un 5,3%, un punto más de lo que la propia OCDE estimó en mayo. Para 2022 la mejora estará reflejada en dos décimas, siendo el repunte esperado del 4,6%.
La OCDE y el benigno futuro a España de su previsión
La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos arroja un dato sobre la inflación que es muy superior al hasta ahora estimado. Su previsión es que IPC en 2021 sea del 2,4%, ocho décimas más. Para el 2002 lo deja en un 1,9%.
Estas cifras están en línea con las previstas, y adelanta que el Gobierno tendrá que hacer un importante sobreesfuerzo para cumplir su compromiso con los pensionistas. El presidente del Ejecutivo, Pedro Sánchez, ha prometido que las pensiones no perderán poder adquisitivo, y ante la escalada del IPC como consecuencia de los precios de la energía y la luz tendrán que actualizar las prestaciones desde un 0,9%. El gasto estimado superará los 2.000 millones. Y todo ello sin contar el futuro incierto de los sueldos públicos.
