Periodista financiera decidió ponerse a prueba bajo un experimento que había ideado. Consiguió ahorrar 23.000 dólares renunciando a los gastos innecesarios.
Una periodista financiera decidió ponerse a prueba convirtiéndose en conejillo de indias en un experimento que había ideado. La periodista consiguió ahorrar 23.000 dólares renunciando a los gastos innecesarios durante un año y teniendo sólo lo imprescindible.
Un año evitando gastos innecesarios
Michelle McGagh, periodista financiera, decidió escribir un blog sobre su vida cotidiana en The Guardian, como resultado de este experimento, consiguió ahorrar 23.000 dólares. Excluyendo, por supuesto, la alimentación, el aseo, el pago de las facturas y de la hipoteca, renunció a una serie de cosas, como las cenas fuera, la peluquería, la ropa y los cosméticos, los abonos de transporte público, el gimnasio, la comida para llevar, las vacaciones, los conciertos, etc.
La joven dice que sólo se desplazaba en bicicleta. Esto es lo que dice sobre su elección: «Empecé a llegar a cualquier sitio en bicicleta, a hacer picnics en el parque, a tomar vacaciones en tiendas de campaña, a buscar exposiciones y conciertos gratuitos, a comer la comida casera más sencilla, evitando incluso el chocolate, a hacer gimnasia en casa.
Me di cuenta de algo importante: no es necesario abrir la cartera cada vez que se quiere pasar un rato agradable».
Además de publicar una especie de diario de lo que hacía cada día, su historia es ahora un libro titulado: «El año sin gastos: cómo gasté menos y viví más».
Michelle decidió no gastar durante todo un año y lo consiguió; de hecho, ahorró mucho.
Su historia
En las páginas de su blog publicado dice: «Aunque no tenía deudas, me di cuenta de que mis gastos eran innecesarios. Estaba comprando cosas que no necesitaba, me di cuenta de que me estaba gastando mucho dinero en desayunar fuera, aunque no soy muy partidario de desayunar en la cafetería, para ella, este año ha sido realmente importante, ya que su relación con el dinero ha cambiado.
Adicionalmente escribe que la época más dura fue en invierno, teniendo en cuenta los fríos inviernos londinenses. Sus amigos iban al pub por las tardes, mientras que ella pasaba los días quedándose en casa o yendo a museos donde la entrada era gratuita. Como resultado de este año, consiguió ahorrar 23.000 dólares, una gran satisfacción para ella y un compromiso muy difícil.
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