Esta semana Yolanda Díaz se ha mostrado a favor de subir el salario mínimo interprofesional, para lograr evitar que los que más necesitados pierdan poder adquisitivo. Esto supone reabrir el enfrentamiento que tiene con la ministra de Economía que prefiere mantenerlo congelado durante este 2021.
A finales del 2020 se acordó tras varias disputas que el SMI quedara congelado a 950 euros, lo que perjudica a los trabajadores que lo reciben ya que mientras que su sueldo no se mueve, los precios se han incrementado en un 2%.
A comienzos de este año, el Gobierno encargó a una comisión experta el proyecto de crear un plan de crecimiento del salario mínimo para que en 2023 alcance entre los 1.000 y los 1.200 euros mensuales. Aprovechando que este equipo presentará en los próximos días sus conclusiones, desde el Ministerio de Trabajo han decidido volver a apoyar el aumento del salario este mismo año, a pesar de la negativa de Calviño hace unos meses.
Joaquín Pérez Rey, secretario de Estado de Empleo, fue el primero en defender la subida, medida que luego apoyó la vicepresidenta tercera alegando que: «No podemos salir de esta crisis con más desigualdad, sino con más oportunidades». Comparando la congelación del SMI con las subidas entre el 1,5% y el 1,8% que han recibido los salarios que están sujetos a convenio laboral.
Ante los medios la ministra de trabajo señaló que «En los próximos días, el Gobierno dará a conocer el salario mínimo, que como saben ustedes está prorrogado en su cuantía desde el año pasado». Añadió además que a pesar de que a comienzos del 2021 pedía un aumento simbólico del 0,9%, amoldándose a la cifra de crecimiento de los precios prevista desde el Ejecutivo para este año. La crisis del Covid ha supuesto que la inflación suba «hasta tasas que superan el 2%», lo que significa que aquellos que perciben el salario mínimo pierden poder adquisitivo, por lo que la solución que ofrecen es que el aumento de la suma recibida pasara de los 950 a los 969 euros mensuales.
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