Desde la FMI y el G20 se está respaldando una iniciativa que busca implantarse en las empresas multinacionales con unas tasas mínimas de un impuesto global que reduciría el problema de los paraísos fiscales y la inmigración de estas compañías al exterior por las comodidades financieras.
La secretaria del Tesoro, Janet Yellen, de la administración Biden. Explicó el lunes pasado que se está trabajando con los países del G20 para acordar un impuesto mínimo global,
Este planteamiento, tiene como objetivo que las empresas multinacionales sean capaces de disuadir el traslado de las ganancias (ingresos fiscales) a países con impuestos bajos o que posean mecanismos atractivos como o son los paraísos fiscales.
Asimismo, se busca que estas compañías no tengan que pagar altos impuestos en su país tradicional. Mediante una tasa que esta siendo acordada en el impuesto mínimo global.
En el caso estadounidense, lo que se pretende es poder palear con casos como los de Apple, donde básicamente las fábricas, de esta referente compañía de Software norteamericana, están en otros países.
Con esto, la administración de Joe Biden espera reducir dicha erosión de la base impositiva sin poner a las empresas estadounidenses en desventaja financiera,en caso de que atrapen el anzuelo y regresasen al país. Lo que también, les permitiría competir en innovación, infraestructura y otros atributos.
Hasta el momento, esta medida a las empresas multinacionales está siendo respaldada intensamente desde Washington. La UE, el FMI buscan sacar adelante el impuesto mínimo vital. Desde el G20 y La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (Ocde) también se apunta hacia ello.
Finalmente, estos dos últimos organismos han derivado sus esfuerzos en el acuerdo del diseño básico del impuesto mínimo. Aunque también dejan claro que la tasa aún no se ha acordado. Y que esta, será uno de los caminos para finiquitar el año 2021 donde las empresas supuestamente querrán estar «más cerca de casa y más lejos de los paraísos fiscales».
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