Aunque la modalidad de capitalizar el paro existe desde hace muchos años, ante la situación actual, los requisitos para compaginar el subsidio por desempleo con el alta como autónomos se han vuelto más flexibles. Precisamente, a raíz de la denominada Ley de Fomento del Trabajo Autónomo y de la Economía Social, emprender resulta parcialmente sencillo.
Para reinventarse en época de COVID, uno de los principales requisitos estriba en solicitar, dentro de un plazo de 15 días desde el inicio de la actividad como autónomo, el cobro de la prestación por desempleo.
Asimismo, se precisa no haber desarrollado nunca con antelación una actividad por cuenta propia, además de no haber solicitado tampoco la capitalización del paro previamente.
No obstante, cabe señalar igualmente que no se puede pedir el paro si se trabaja en el mismo puesto de trabajo que se solía desempeñar pero ahora de manera externa. Sin embargo, existe una excepción: si el trabajador pasa a formar parte de una sociedad laboral o cooperativa de nueva creación. En el caso de que ya se estuviera cobrando el paro, no puede pasar un período de dos años para solicitar la compatibilización.
El período máximo de cotización es de 270 días, o bien el tiempo que quede por percibir el subsidio por desempleo. La principal novedad con respecto a la antigua «capitalización de paro» reside en que se realizará el descuento correspondiente por IRPF, aunque no así se pagarán las cuotas de la Seguridad Social, a cargo del trabajador por cuenta propia.
A fin de cuentas, la idea principal se basa en darle cierto «colchón económico» a aquella persona que decide emprender un negocio o profesión como freelance. En cualquier caso, se debe señalar que el cobro del subsidio se vería interrumpido si se empezara un trabajo simultáneo por cuenta ajena. Además, si se es la primera vez que se trabaja como autónomo, el trabajador se beneficiará de la «tarifa plana» en las cuotas a la Seguridad Social.
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