Uno de los problemas que presenta la jornada laboral reducida, serían los recortes, principalmente en el sueldo de los trabajadores. Disminuir las horas semanales en un 20%, supondría que se reajustaran los salarios, medida que se aprobaría en la negociación colectiva de cada empresa.
La reducción de la jornada de trabajo, haría que las empresas perdieran ganancias en su producción, por lo que las prestaciones sociales a las que el trabajador tiene derecho por parte de la Seguridad Social.
Como son; el desempleo, la invalidez o la pensión de jubilación, se verían afectadas por la disminución correspondiente de la base reguladora.
Cabe recordar que, la base reguladora, que es una media de determinadas bases de cotización del trabajador, por ende cuanto más elevadas hayan sido estas, mayor será la base reguladora.
Como todo, habrá empresas que el paso de 40 horas semanales a 32 , no supondrá un gran daño, pues serán capaces de producir ganancias de productividad que suplan ese espacio de tiempo de trabajo. Pero por el contrario, habrá otras que no se puedan permitir por la mecanización de los procesos productivos o simplemente por la naturaleza del negocio.
Una de las medidas que el empleador deberá añadir, si adopta la jornada laboral reducida. Es ocupar esas horas con contratos y trabajadores nuevos. Además derivaría en una negociación con los empleados, que pasarían a trabajar un 20% menos de tiempo a la semana, y pretenderían mantener la remuneración a pesar de la reducción horaria.
Esta situación, la tendrían que afrontar cerca de 1,5 millones de empresas en toda España, las cuales prestan servicios y dan trabajo a casi 6,5 millones de personas.
Salvador Marín, coordinador del Consejo General de Economistas de España, considera que esta reducción en las horas de trabajo, no debería aprobarse como real decreto aplicable a todas las empresas, sino que cada una tomara la decisión de aplicarla o no, según la situación que tengan.
Por su parte ,Gregorio Izquierdo, experto director del IEE, considera que en España ya existen otras formas para flexibilizar las horas de trabajo, como son la jornada parcial o la reducción de jornada. Por lo que tampoco ve necesario que sea una ley aplicable a todos los negocios.
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