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Las empresas españolas ya están sufriendo el duro impacto de este fenómeno que amenaza a sus cuentas anuales y al futuro inmediato de sus negocios en uno de los territorios en los que mejores perspectivas se mantenían. El coronavirus de Wuhan ha llevado la histeria a los mercados y también ha golpeado a las empresas españolas en China.
Analizamos su impacto en la economía y en las firmas españolas.
El coronavirus que se propagó desde un mercado en Wuhan, China, ya ha afectado cifras impresionantes de personas.
Son 40.000 los casos confirmados en todo el mundo y más de 1.000 los muertos. El temor a contraer la infección se siente también en los mercados. La actividad comercial y logística china está por el momento prácticamente paralizada, lo cual dificulta la entrada de cualquier producto en este país.
China es la segunda economía más grande del mundo. Los efectos del brote se producen en un momento del año clave para la economía del gigante asiático y ya se han dejado sentir a nivel internacional. En plenas celebraciones de Año Nuevo Lunar, las más importantes del calendario chino, nadie está comprando regalos, gastando dinero y pocos salen a cenar en estas ciudades. El menor gasto en esta temporada festiva dañará los resultados de muchas empresas, dicen los expertos.
Parte de la «fabrica global«, como se conoce a China por su poder exportador, está virtualmente parada y la actividad económica, en varias zonas del país, tiene el freno echado. Muchas fábricas permanecen clausuradas y la producción paralizada. Y por si fuera poco, el turismo interno y externo está en mínimos después de que las principales aerolíneas del mundo hayan decidido congelar sus vuelos con destino al país.
Son numerosas las empresas españolas que han llevado sus fábricas a China, y no sólo se trata de compañías gigantes. Las empresas han cerrado sus tiendas y plantas en el país, y esperan un retroceso de las exportaciones. Además de tener una filial localizada en el gigante asiático, también se ven afectadas por el coronavirus las empresas españolas cuyos principales proveedores o distribuidores se sitúan en China. Las misiones comerciales de España a China se han visto alteradas. La alimentación, el turismo, el petróleo y el transporte son los sectores más afectados por la enfermedad.
Entre los sectores que más exportan a China se encuentra el de la alimentación y bebidas (el gigante asiático es el tercer país en valor y cuarto en volumen que más vino español recibe). China es el segundo destino de las exportaciones alimentarias españolas, después de Estados Unidos. En 2018 se exportaron al país asiático productos por valor de 1.067 millones de euros. Entendemos que una situación tan delicada como está afectará al consumo de los productos españoles exportados.
Las aerolíneas han cancelado vuelos con el gigante asiático. Esta medida tiene una principal víctima, el turismo, incluido el que recibimos. Más cuando se trata de los visitantes chinos, los que más gasto realizan en sus destinos. Es mucho dinero que se pierde en los comercios, en los restaurantes, en los bares, en el transporte.
Un otro de los sectores más afectados por el coronavirus es el petrolero. Aquí entra en juego la empresa española Repsol, que desde veinte años está presente en China. En el continente se ha experimentado una bajada importante de la demanada de petróleo dado que han prohibido la movilidad en una importante zona de China.
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