Conmoción mundial al conocer la verdadera historia de Mo Farah: llegó a Londres como esclavo y mintió para ser el atleta británico más laureado.
La verdadera historia de Mo Farah: llegó a Londres como esclavo doméstico hasta ser el atleta británico más laureado. Farah ganó cuatro oros olímpicos y seis títulos mundiales. El atleta desvela que mintió sobre sus orígenes y que su nombre no es real.
La verdadera historia de Mo Farah
Mo Farah desvela que su nombre real es Hussein Abdi Kahin. La estrella del atletismo reveló que la historia que había contado hasta ahora sobre sus orígenes tampoco es verdad. El atleta anunció su retirada de las pistas hace unos días.
Ha contado que lo llevaron de niño al Reino Unido de manera ilegal y lo trataron como esclavo doméstico. Todo ello según él mismo reveló en un documental de la BBC. En el programa, titulado «El verdadero Mo Farah», que emitirá este miércoles la emisora británica, el atleta, doble campeón olímpico de 5.000 y 10.000 metros, recuerda que siempre había dicho que nació en Somalia y que había entrado como refugiado en el Reino Unido desde Mogadiscio cuando tenía 9 años para unirse a su padre que trabaja en Londres. Pero esa no era la verdad.
La historia de Mo Farah antes de ser atleta
Seis veces campeón del mundo y víctima de tráfico ilegal. «Durante años mantuve esto oculto», afirmó el atleta, y añadió que sus padres nunca viajaron al Reino Unido y que su madre y sus dos hermanos viven en una granja en Somalilandia. Este país declaró la independencia en 1991 pero no está reconocida internacionalmente. Su padre, Abdi, murió por unos disparos cuando Farah tenía 4 años de edad durante la violencia civil en Somalia. Después fue a vivir con familiares en Djibouti y desde allí fue llevado al Reino Unido por una mujer que él nunca había visto. Ella le dijo que lo llevaba a Europa a vivir con familiares, una mentira que le sedujo porque nunca había viajado en avión.
12 años
Sin embargo, al llegar a Londres esta mujer lo llevó a su piso del barrio de Hounslow, en el oeste de la capital británica, y le dijo que empezaría a llamarse Mohamed. A partir de entonces fue obligado a realizar tareas domésticas y cuidar niños de otra familia y no se le permitió ir a la escuela hasta los 12 años.