El británico Albie ha hecho historia, al convertirse en el alpinista amputado más pequeño en llegar a la cima más alta de Gales.
Albie Junior Thomas, se ha convertido en el alpinista amputado más joven en alcanzar el pico más alto de todo Gales. Una historia de superación en la que le pequeño aspira a convertirse en atleta paraolímpico.
Albie, el alpinista amputado que ha hecho historia
Albie nació con una condición genética que le impedía desarrollar con normalidad la pierna izquierda, un problema que dejó su pie izquierdo deformado, por lo que se le tuvo que amputar antes de que cumpliera dos años.
Actualmente tiene cuatro años y lleva una una prótesis desde que tenía 15 meses.
Algo que para cualquier otro hubiera sido una dificultad, pero que a él no le ha detenido en sus metas. Unas ganas de superarse que se han visto reflejadas en lograr escalar el Snowdon, junto a su padre Daniel. Todo ello bajo la tormenta Arwen que rondaba el pico que cuenta con 1.000 metros de altitud.
Pero ni el fuerte viento, ni la nieve le han impedido darlo todo y coronarse hasta alcanzar la cima.
El día a día de Albie, el alpinista amputado
El pequeño lleva una rutina de entrenamientos, dentro del jardín de su casa. Una práctica que este pasado fin de semana llevó a la gran montaña. En la que su gran esfuerzo y su actitud positiva, tuvo la mejor de las recompensas.
Ante el acontecimiento, su padre fue entrevistado por varios medios y dijo esto de su hijo: «Lo que sea que Albie quiera hacer, lo haremos. Tengo grandes planes para mí y para Albie: vamos a viajar por el mundo juntos e ir de excursión y correr por todo el mundo».
«Está más en forma y más fuerte que otros chicos de su edad. Les muestra lo que deben hacer. Mientras Albie quiera ir a los Juegos Paralímpicos, voy a ayudarlo a hacerlo».
Sobre el trayecto por la montaña, cuenta las conversaciones que tuvo con Albie: «Estuvimos bromeando todo el camino. Cuando subimos por la pista de Pyg, la pista desciende un poco y dijo ‘Pensé que se suponía que había una gran montaña‘».
Según cuenta Daniel, siempre ha animado a su hijo sobre todo a raíz de conocer en el gimnasio al que solía acudir, a otro hombre que también había sido amputado. Ahí vio que su hijo tenía muchas posibilidades de ser alguien grande.
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