Nilofar Bayat escapó de Afganistán junto a su marido porque temía por su vida. El equipo de baloncesto en silla de ruedas de Bilbao le ha ofrecido jugar.
Temas cubiertos
La capitana del equipo afgano de baloncesto en silla de ruedas, Nilofar Bayat, decidió escapar de su país junto a su marido por el temor al régimen talibán que ha regresado al poder. «Había muchos vídeos en los que yo salía jugando al baloncesto, y había participado activamente en la reivindicación de los derechos de las mujeres, y de las mujeres con discapacidad», dice Bayat.
«Si los talibanes se enteraban de todo esto, yo sabía que me matarían».
La historia de Nilofar Bayat, capitana del equipo de baloncesto en silla de ruedas de Afganistán
El periodista español Antonio Pampliega, con quien ha entablado amistad, publicó su historia en las redes sociales, lo que provocó una avalancha de apoyos y la promesa, por parte de las autoridades españolas, de evacuarla.
«Yo era la capitana del equipo de baloncesto en silla de ruedas, tenía un buen trabajo ayudando a personas con discapacidad, había estudiado derecho y trabajado duro para conseguir todo eso», explica. «Y entonces llegaron los talibanes y se lo llevaron todo en un momento. Lo hemos perdido todo, no tenemos nada».
La deportista Nilofar Bayat: de la huida a Afganistán al refugio en Bilbao en silla de ruedas
El país es un punto de entrada para los 250 afganos evacuados que han trabajado con las instituciones de la Unión Europea. El gobierno español ha anunciado el domingo que también había acordado utilizar sus bases militares de Morón y Rota para recibir temporalmente a los afganos que hubieran trabajado para Washington, a la espera de su viaje posterior hacia EEUU.
Bayat y su marido Ramesh aterrizaron el viernes a la ciudad de Bilbao. Fue seleccionada para formar parte del equipo femenino del Bilbao BSR. A su marido, que jugaba en la selección de baloncesto en silla de ruedas de Afganistán, también le han ofrecido una plaza en el masculino.
¿Cómo fue la vida de Nilofar Bayat con una silla de ruedas en Afganistán?
Bayat era una niña cuando un cohete alcanzó su hogar familiar en Kabul durante el régimen talibán. Su hermano murió y Bayat pasó un año en el hospital por los trozos de metralla que le lesionaron la médula espinal y le quemaron la espalda. Jugó su primer partido de baloncesto en silla de ruedas y se enganchó rápidamente al deporte. En 2017 el equipo empezó a participar en competiciones internacionales, convirtiéndose muy pronto en un potente símbolo de la transformación que había experimentado la vida de las mujeres en Afganistán.
Como capitana del equipo, Bayat se convirtió en una destacada defensora de las mujeres con discapacidad y su vida corre peligro con el regreso del régimen islámico. «Los talibanes habían empezado a ir puerta por puerta identificando a la gente. Una catástrofe, un retorceso de 20 años», dice Bayat, que también trabajaba en el Comité Internacional de la Cruz Roja.
Lea también: