Albert Arenas hizo la carrera que más le convenía. Dentro de una temporada de lo más disputada, teniendo grandes rivales que le pisaban los talones. Al final este fin de semana, se alzaba con el título en el Gran Premio de Moto3, disputado en Portugal.
Al inicio de la temporada de Moto3 fue el primer ganador, el pasado 8 de marzo, poco antes de que la pandemia se extendiera a nivel mundial y parara todos los deportes. Logró su segunda victoria cuando empezó de nuevo el Mundial, hasta llegar a convertirse en campeón del fundo en la última carrera.
Aunque la victoria de la carrera se la llevó Rául Fernández, su compañero en la escudería KTM. Albert Arenas supo escapar de Fernández, que llevaba un mejor ritmo que él, y controló en todo momento al grupo que le perseguía, en el cual tenía a su gran rival a batir, el japonés Ai Ogura, y al italiano Tony Arbolino, ambos de Honda.
Aunque durante la carrera hubo mucho descontrol y no se veía claro si Albert lograría o no el campeonato, finalmente quedó duodécimo pero con los puntos que llevaba acumulados, le bastó para convertirse en líder de la tabla , y lograr ser campeón de Moto3.
De inmediato su equipo fue a buscarle a la pista, y le pusieron el peto de campeón, en concreto fue su amigo Alex Rins quien hizo los honores. Todo ocurrió en frente de una heladería ficticia ‘Arenas Ice Cream Factory’. La cual es considerada por Albert como talismán, por un helado que se comió en el premio de Jerez de 2018 y que le trajo suerte.
El año que viene será su sexto año con el equipo KTM, y lo celebrará subiendo Moto2.
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