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Flor de pascua: origen de la mítica flor de Navidad y cómo cuidarla

El origen de la llamada Flor de Pascua tiene su origen en la tradición de Navidad, y se asocia ser el momento en que florece la planta.

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El origen de la llamada Flor de Pascua tiene su origen en la tradición de Navidad, y se asocia ser el momento en que florece la planta.

Flor de Pascua

La flor de Nochebuena, presente en las celebraciones navideñas de todo el mundo, es una planta nativa mexicana que empezó a relacionarse con estas fiestas a partir de la época colonial.

La flor de Nochebuena se asocia siempre al color rojo, aunque el pigmento original de las nochebuenas es el blanco, y luego los laboratorios «hacen modificaciones genéticas y por eso salen de varios colores».

Una flor de México

Los principales territorios mexicanos productores de flor de Nochebuena son el central estado de Morelos, con una producción de 6,4 millones de plantas; el occidental estado de Michoacán, cuya cosecha asciende a casi 4 millones de estas flores; y el central estado de Ciudad de México, con una producción de 3,5 millones.

Origen de la Flor de Navidad

Si la asociamos a esta fiestas es precisamente porque su floración tiene lugar durante el invierno. Así, en el Hemisferio Norte florece de noviembre a febrero, siendo importante que la planta no reciba luz durante más de 12 horas aproximadamente desde octubre hasta Navidad si queremos que aparezca su bonita flor de color rojizo intenso que tanto asociamos con la Navidad.

Cómo cuidar una flor de Pascua

Aunque se trata de una flor de invierno, esto no quiere decir que el arbusto soporte temperaturas muy bajas. En general, requiere una temperatura de entre 20.22 grados °C durante el día y 16 °C por la noche. Tampoco le va bien el calor excesivo ni la corrientes de aire.

Se ha convertido en todo un símbolo de estas fiestas en todo el mundo y, para mantenerla bonita durante más tiempo, es importante mantener una humedad ambiental relativamente elevada para que las hojas no se caigan, así como evitar un riego excesivo, ya que las raíces de esta planta tienden a pudrirse con facilidad ante un exceso de humedad. Si notas que las hojas pierden color y amarillean, es probable que debas espaciar el regado o evitar encharcar la maceta cuando lo hagas.


Contacto:
Ana Cabrera Gambarini

Periodista apasionada de las series televisivas, las novelas en el autobús y analista inquieta de la actualidad. Graduada en Periodismo por la Universidad Francisco de Vitoria, con la especialidad en Multimedia. Experiencia en departamentos de comunicación, medios online y community manager en el ámbito empresarial y universitario. Particularmente interesada en los medios digitales.

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