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Denis Villeneuve presentó el viernes 3 de septiembre en Venecia su esperadísima ‘Dune’. Siempre retrasada por la pandemia, esta nueva versión del clásico de Frank Herbert llegará a la cartelera el 17 de septiembre, pero ya han aparecido las primeras críticas.
La nueva ‘Dune’ hace realidad lo que antes intentaron sin suerte, tanto Alejandro Jodorowski como David Lynch. El primero intentó rodarla con una plantilla actoral de lujo pero el presupuesto del rodaje era tan desorbitado que la productora y el director finalmente desistieron.
Lynch, por su parte, realizó la peor película de su carrera cinematográfica.
Villeneuve ha hecho algo parecido a ‘Blade runner‘, según varios críticos. El director canadiense entiende que no se trata de contar una historia sino de recrear el universo de la novela. La película es tan fiel a la meticulosa trama ideada por Herbert que se diría que es completamente real. Es decir, lo que le importa a Villeneuve es la capacidad que tiene la literatura de simular espacios oníricos que explotan la imaginación del lector. Es por ello que su película no convierte a la palabra en metáfora sino en una realidad simple y difícil. En definitiva, parece decirnos el director con su nuevo blockbuster: es real lo que creemos que es real.
La historia del mesías Paul Atreidis, interpretado por Timothée Chalamet en el planeta desértico, adquiere lentamente los tintes épicos necesarios para epatar al espectador. Villeneuve sabe de la vigencia de la novela y habla de un tiempo, el nuestro, al borde de todos los precipicios: el ecológico, el político, el económico y el identitario. No es que no seamos capaces de intuir un futuro con sentido, pero empezamos a dudar de nuestro pasado. No es que hayamos perdido la confianza en nosotros mismos para construir un mundo mejor, es que desconfiamos de todo aquello que queremos. Hemos llegado a un punto de agotamiento en el que el exceso de memoria nos impide recordar, parece indicarnos Villeneuve.
De todo ello hablaba ‘Dune’ cuando se publicó en 1965 y Villeneuve ha querido mantenerse literal pero adaptando el discurso a las nuevas formas de entender el mundo y de hacer cine. Se trata de una película arrolladora, abrumadora y arrebatadora. Todo lo que aparece en pantalla es hermoso, extraño y descomunal. No es una película para todos los públicos, es un blockbuster de autor cuyo universo nos invitará a reflexionar, a partir del 17 de septiembre, sobre lo que somos y lo que seremos.
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