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La película «Gian Burrasca» se produjo en Italia en 1982, fue dirigida por Pier Francesco Pingitore y protagonizada por Alvaro Vitali, Giannino Stoppani (también llamado Gian Burrasca) es un chico peculiar, su único objetivo es gastar bromas de mal gusto a la gente.
Durante su fiesta de cumpleaños decide hacer estallar un petardo en la tarta preparada especialmente para él. Después, habrá un sinfín de chanchullos que harán que sea odiado por todos, menos por su madre.
Gian Burrasca hace todo tipo de travesuras en su camino a la escuela, falta al respeto al personal y siempre es reprendido por su profesor. No cabe duda de que Gian Burrasca es extremadamente indisciplinado, pero también se comporta mal fuera de la escuela.
Incluso en el seno de la familia se censura su comportamiento: el más perjudicado es el abogado Maralli (prometido de su hermana Virginia). Un día Gian Burrasca, no contento con haber recibido como regalo unos patines, pide a su padre que le compre una bicicleta, a cambio de este regalo tan soñado, promete llevar a casa un buen boletín de notas.
El padre de Gian Burrasca sabe perfectamente que esto es algo inalcanzable. La razón es que el niño indisciplinado nunca puede ir bien en la escuela porque es odiado por sus compañeros e incluso por sus profesores.
En un momento dado, el padre se vuelve ligeramente esperanzado, apoya firmemente la plausible hipótesis de que las cosas podrían incluso cambiar, cuando se hace de noche, Gian Burrasca se cuela en la oficina de la escuela y, de repente, con las gradas, decide manipular tanto su boletín de notas como el de Carloni, que es el mejor de la clase, este último es un verdadero genio en todas las materias.
Al día siguiente, el director de la escuela entrega los boletines de notas y se queda perplejo, reprende a Carloni y alaba a Gian Burrasca, ante el asombro de profesores y compañeros. Sin embargo, la farsa llega a su punto álgido cuando el director le pide que conjugue el imperfecto de subjuntivo del verbo «tener» y el bribón se equivoca por completo en la respuesta inventándola.
Como consecuencia de todo esto, el director decide suspender al travieso Gian Burrasca durante tres semanas y le ordena que acuda a la escuela acompañado de su pobre padre. Para remediarlo, Gian Burrasca pide a Spezzafè (un recolector de basura) que se haga pasar por su padre. El basurero se identifica perfectamente en el papel y lo abofetea de verdad, delante de toda la clase que se ríe.
El bribón acaba en un internado tras otras tormentosas aventuras, pero consigue escapar, vuelve a tiempo para la boda de su hermana Virginia y el abogado Maralli, pero también aquí el mocoso dejará su huella y es cuando la criada enciende la chimenea. Giannino ha escondido petardos bajo la leña de la chimenea, como resultado, toda la casa saltará por los aires, para compensar esta última maniobra, el pobre Sr. Stoppani envía a Gian Burrasca a la jaula de los monos del zoo.
La película se rodó en Roma, entre el barrio de Trastevere, el Pincio y Villa Borghese. La escuela a la que asistió con poco éxito Giannino se encuentra en el barrio de Trastevere y es el Istituto Comprensivo ‘Regina Margherita‘, situado en Via Madonna dell’Orto, también se utilizó en la última película dedicada a Pierino, «Pierino vuelve a la escuela«.
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