El bidé es un elemento importante en todos los hogares, pero en muchos otros países no se encuentra por ninguna parte. ¿Por qué existe (casi) solo en Italia y no en otros lugares?
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En Italia el bidé es un objeto ineludible que se encuentra en el baño de todos los hogares, pero no lo es en todas partes. De hecho, muy pocos países en el exterior utilizan este aparato sanitario y por ello el bidé siempre ha sido visto con interés y curiosidad por los turistas o trabajadores extranjeros que pasan una temporada en el país.
Origen y difusión del bidé
El bidé se considera un elemento muy importante en el baño personal para mujeres y hombres. Sin embargo, precisamente en el país que lo inventó, Francia, hace mucho que desapareció de hogares y hoteles.
De hecho, el bidé hizo su aparición en Versalles entre los siglos XVII y XVIII, aunque en ese momento no estaba presente en los hogares ya que se consideraba incómodo.
Muchas prostitutas, por otro lado, lo usaron inmediatamente después de conocer a un cliente.
En Italia, la reina María Carolina de Habsburg Lorraine lo deseaba con fuerza en su baño. A partir de ese momento, el bidé comenzó a extenderse como la pólvora y todavía se utiliza hoy en día en toda la península.
Dónde se usa
En EE.UU. y Canadá descubrimos el bidé a mediados del siglo XX, después de verlo en burdeles europeos durante la Segunda Guerra Mundial. Por eso, como sucedió anteriormente en Francia, el extranjero siempre lo ha mirado con desconfianza.
La situación es diferente en Portugal, España y Latinoamérica. El país, además de Italia, donde el bidé está más extendido es sin duda Argentina, donde se alcanza un porcentaje muy cercano al 100%. Incluso en Japón, el bidé está presente en todos los hogares e incluso se puede encontrar en casi todos los baños públicos.
Cómo reemplazarlo
Si, por un lado, los extranjeros que viajan a Italia miran con curiosidad los bidés en hoteles y domicilios, por otro lado, la falta del mismo es motivo de perplejidad e incomodidad para los italianos cuando viajan al extranjero. Afortunadamente, es posible lavarse eficazmente incluso cuando no tenemos bidé disponible: basta con entrar en la ducha y lavar solo la parte afectada. Alternativamente, se pueden utilizar herramientas especiales que sirvan precisamente para este propósito.
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