Técnicas de torturas chinas: las más crueles
En los círculos militares y criminales, pero también en los servicios secretos, las técnicas de torturas chinas están muy extendidas y son cada vez más sofisticadas. Basta con pensar en los que han practicado recientemente los terroristas del Isis. En todo el mundo, la torturas siempre ha sido un debate acalorado.
Se habla de violación de los derechos humanos y de violencia gratuita. Desde hace mucho tiempo, muchas asociaciones luchan por el fin de las torturas chinas. Pero lo cierto es que la práctica de estos actos violentos sigue estando muy extendida y especialmente en algunos ámbitos institucionales como los servicios secretos.
Estos últimos, de hecho, tienen métodos muy refinados para extorsionar información. Algunos de estos métodos pueden incluso compararse con los utilizados en la Edad Media. De hecho, los servicios secretos, además de infligir violencia física, también utilizan técnicas para apelar al lado psicológico del prisionero.
Existe un manual, llamado Kubark, elaborado en Estados Unidos, de origen militar, que contiene técnicas de interrogatorio. El manual está dirigido a agentes y altos funcionarios de la CIA. Se estudian científicamente las técnicas de contrainteligencia y los métodos de obtención de información.
Uno de los principales métodos utilizados es el aislamiento. Esta última es una técnica muy eficaz, ya que actúa a nivel psicológico. De hecho, el preso durante el aislamiento de los demás pierde la confianza en sí mismo, la seguridad y la fuerza mental. La soledad lleva al hombre a tener alucinaciones y a perder la racionalidad. Son muy frecuentes los ataques de pánico y las fobias fuertes.
Una segunda técnica es la privación del sueño. Este método tiende a afectar al bienestar físico y mental de una persona. Las consecuencias de la falta de sueño son catastróficas. Mantener a una persona despierta durante mucho tiempo puede llevarla al agotamiento severo y a la locura. Tras largos periodos de insomnio surgen verdaderas psicosis y alucinaciones, se pierde el contacto con la realidad.
El manual prevé un periodo de privación de sueño, y luego se vuelve a dormir al preso. Tras esta segunda fase, se reanuda el interrogatorio. De este modo, el prisionero estará aterrorizado de volver a estar despierto durante un largo periodo, por lo que hablará.
El antiguo ministro israelí, Menachem Begin, fue prisionero del KGB y dijo: «En la mente del prisionero interrogado empieza a haber confusión. Su espíritu está muerto de cansancio, sus piernas son inestables, y sólo tiene un deseo: dormir… Cualquiera que haya experimentado esta tortura sabe que ni siquiera el hambre y la sed se comparan con esto.»
El sexo tiene un fuerte valor psicológico, especialmente para los católicos. Esta tortura se basa en el comportamiento femenino o masculino. Por ejemplo, se obliga a la víctima a llevar ropa interior femenina. Eso es una tortura cruel psicológica, humillar a un hombre.
El frío es una de las cosas más insoportables para el cuerpo humano. Esta técnica consiste en mojar al preso y meterlo en una celda para que sufra el frío. A otros se les hace correr por la nieve completamente desnudos.
Con este método, se aprovechan los miedos de la víctima: se detiene por las serpientes o las cucarachas.
Por último, la técnica del Water Boarding. Al prisionero se le pone una toalla en la cara y se le echa agua. Es una especie de ahogo. El periodista Leyton, sobre esta técnica, afirma que «la experiencia física de estar bajo las olas del agua parece ser secundaria a la experiencia psicológica. La mente del preso cree que en realidad está a punto de ahogarse».
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