Alguien tiene que morir las miniserie de Netflix. Por qué la nueva serie del creador de La casa de las flores no termina de funcionar.
La miniserie Alguien tiene que morir, creada por Manolo Caro, quien también hizo La Casa de las Flores; se estrenó en la plataforma de Netflix, los espectadores tenían bastantes expectativas, sin embargo se decepcionaron al verla.
Alguien tiene que morir: no funciona en Netflix
La miniserie de tres capítulos, se basa en España, en la época de 1954 y gira en torno a una sociedad conservadora y tradicional durante el franquismo; donde las apariencias y los lazos familiares son claves, el papel de la homosexualidad tiene una repercusión importante en la serie; sin embargo los errores que han criticado son de los creadores.
Aunque es raro que un mexicano interprete y se adentre en una época concreta de España; este no es el problema, realmente uno de los errores es la falta de ciertos detalles que dejen clara la época de la serie; a parte uno de las fallas que más se notan se noto fue por parte del autor, al darle tantas vueltas a la historia para ser una miniserie y es que a Caro ha demostrado que le gusta navegar por escándalos familias adineradas, pero se vio su falta de practica en el género dramático.
La actriz Ester Expósito, comento que la idea principal era realizar una película, que a lo mejor hubiera funcionado, ya que la trama hubiera tenido que ser más concreta y a lo mejor hubiera llamado más la atención del espectador.
En cuanto al reparto; se ve una mezcla de actores veteranos y otros de la nueva generación por lo que le un toque a la serie; de igual forma la plataforma Netflix sabe a quién escoger para sus proyectos. A pesar de ser un drama de época familiar Alguien tiene que morir, aún no se sabe si tendrá una secuela o no; en cuanto al diseño, mecanismos y los temas que hace referencia la serie, son los que funciona para la plataforma.
Uno de los problemas que más recalcan y que han criticado los espectadores es que un requisito muy básico a la hora de hacer un drama familiar; no está presente en Alguien tiene que morir; pues al final se pierde el interés de quién y por qué; pues todos los hechos que pasen , por más graves que sean, dejan de ser interesantes y de conectar al espectador con la serie.