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En el año 2019, Emilia Clarke hizo pública su experiencia con los problemas de salud que enfrentó durante el rodaje de la famosa serie «Juego de tronos». La actriz reveló que había sufrido dos aneurismas mientras grababa la serie fantástica de HBO donde interpretaba a la famosa y épica Daenerys Targaryen.
Clarke mantuvo su estado de salud en secreto durante todos esos años de rodaje, con miedo de defraudar a sus fans y de no lograr cumplir con su trabajo. Sin embargo, en el libro de entrevistas Fire Cannot Kill a Dragon, donde varios de los actores de la serie hablan sobre su experiencia, la actriz comenta cómo logró ocultar por lo que estaba pasando y la presión que esto le generó, confesando que siempre puso su trabajo antes que su salud.
Emilia tuvo su primera aneurisma a los 24 años finalizando el rodaje de la primera temporada de «Juego de tronos» en el 2011. Ella describe su primera aneurisma como «si una banda elástica estuviera estrujándome el cerebro». Y así sería, porque según cuenta ella, justo después de terminar de rodar una escena llegó al lavado, cayó de rodillas y comenzó a vomitar de una manera violenta y voluminosa con el dolor empeorando a cada minuto. Curiosamente, mientras iba camino al hospital, ella repetía las líneas de Daenerys en la mente para calmarse.
Su segunda aneurisma la tuvo dos años después, en el 2013. Mientras estaba en la producción de Desayuno con diamantes en Broadway, un escáner cerebral reveló que tenía una aneurisma que requería operación urgente para eliminarla. Además de lo agotadora que es una operación normal, una que deja una lesión cerebral «te deja con una fatiga tremenda, indescriptible», afirma la actriz. Sin embargo, ni el coproductor ejecutivo de la serie, Bryan Cogman, ni los fans sabían de su estado.
Para Clarke lo más importante era que no se dieran cuenta, y así fue, pues muchos de sus colegas no se enteraron hasta que ella lo hizo público y bajo sus propios términos. Para ella todo el proceso de volver a grabar fue en extremo intenso, pues la segunda temporada fue grabada en el desierto y, durante el rodaje de sus escenas, para ella era imposible evitar pensar cosas como «¿Me voy a morir? ¿Me va a pasar en el set? Eso sería muy inapropiado».
A esto se le suma que no solo sentía miedo por su salud, sino también de mostrarse capaz y fuerte, pues ella no quería que «pensaran que era un fracaso, que no podía hacer el trabajo para el que me habían contratado”. Esa combinación, reconoce ella, fue la muestra de que durante el tiempo que trabajo en la serie, nunca puso su salud por delante de su trabajo.
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