Alejandro Salvador tiene 17 años y vive en La Malagueta, este año se ha convertido en el alumno con la nota más alta de la Selectividad en Málaga.
Alejandro Salvador tiene 17 años y vive en La Malagueta, este año se ha convertido en el alumno con la nota más alta de la Selectividad en Málaga, ha obtenido un 9,9 sobre 10. Alejandro estudiaba en el IES Sagrado Corazón donde ha dejado un expediente impecable de matrícula de honor en los dos últimos cursos.
Con estas notas el joven podría elegir cualquier carrera, sin embargo, se matriculará en Medicina en la Universidad de Málaga (UMA) con la idea de «seguir el legado» de su abuelo.
El alumno estudiará Medicina
Si se le pregunta por cómo se definiría a sí mismo, contesta que «responsable y metódico».
Actitudes a las que ha sacado el máximo rendimiento en las circunstancias adversas que hemos vivido por el Covid. El propio vicerrector de la UMA, Francisco Murillo, le ha llamado este miércoles para comunicarle que era el alumno con mejor nota en las pruebas de la Selectividad (prueba de acceso a la universidad (PAU) de este año.
Alejandro ha aprovechado el confinamiento para volcarse en los estudios y e dar lo mejor de sí cuando llegara la gran prueba: «Los exámenes me salieron muy bien. De todos salí con muy buenas sensaciones, pero claro, hay muchos estudiantes. La probabilidad de ser el mejor es mínima», explica. Los números le dan la razón. En esta Selectividad atípica marcada por la pandemia, se han presentado más de 9.100 estudiantes en la provincia de Málaga, un récord histórico.
Alejandro ha decidido que se matriculara para estudiar medicina. Cuando le preguntamos cuál es el motivo de su elección, responde que se debe a su abuelo: «José Aguilar, pediatra, que tuvo su clínica propia en la calle Trinidad Grund hasta que falleció hace un año. Yo de chico pasaba mucho tiempo con mi abuelo. Eso me ha marcado mucho. Su fallecimiento me ha servido como motivación añadida. Desde pequeño tenía claro que quería hacer lo mismo que él».
Por ello tampoco tuvo dudas a la hora de optar por la rama de ciencias de la salud en el bachillerato. «Soy una persona muy curiosa e inquieta por obtener más conocimiento y creo que es algo que la Medicina puede satisfacer», explica.
Los padres de Alejandro son ambos licenciados en Derecho. Su padre trabaja como procurador y su madre es funcionaria en la UMA. Para ellos también tiene palabras de agradecimiento: «Al inicio del estado de alarma, cuando nadie sabía muy bien qué iba a pasar, llegué a pensar que este año no se iba a celebrar la Selectividad. Ellos han estado ahí en todo momento para animarme y les quiero dar las gracias por su esfuerzo», destaca.