Las aulas se han visto en la obligación de redefinirse para el próximo curso. El coronavirus afectará en la nueva forma de dar clases.
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Las aulas se han visto en la obligación de redefinirse para el próximo curso. La escuela ha sido una de las instituciones más afectadas por la pandemia del coronavirus y necesitará una «nueva normalidad».
Replantearse el próximo curso en las aulas
El actual curso ya ha acabado de la manera más inverosimil que nadie haya podido imaginar. Sin dar clase presencial desde principios de marzo, con clases y exámenes a través de videollamas y, en muchos casos, con alumnos que empezaban a convertirse en autodidactas.
En poco más de un mes y medio llegará septiembre y, con ello, la vuelta a una aulas que provocan demasiada incertidumbre. La «distancia social» o una «escuela fria y robótica» ha provocado el miedo y una brecha educativa ha desencadenado en el aceleramiento de la desigualdad.
Algunos expertos en educación acuden a figuras como Gregorio Luri, filósofo, escritor y experto en la educación de España. En su último ensayo «Las escuela no es un parque de atracciones», analiza la educación actual y la avalancha de nuevos métodos pedagógicos.
Gregorio Luri avista que el próximo curso será dificil. El escritor ha llegado a varias conclusiones:
- Ciertos sectores han reaccionado bien a las escuelas cerradas («alrededor de un 15% de la población escolar le ha ido bien, aquellos niños introvertidos que les gusta trabajar a su aire y a aquellos que padecían bullying se han liberado»)
- Se ha comenzado a practicar el homeschooling, (la enseñanza en casa y el trabajo escolar entre padres e hijos)
- Un 15-20% de la población escolar ha desaparecido del radar educativo. Esto es «un problema grave y al estar seis meses sin contacto con actividades escolares va a ser difícil reengancharles», explica el filósofo.
- El 70% restante empezaron bien pero acabaron el curso cansados de aprendizajes telemáticos. Una experiencia para el alumnado «bastante agotadora».
El aprendizaje on-line seguirá presente
La educación ha tenido que reconsiderarse tras la pandemia. Los últimos seis meses de curso escolar fueron básicamente on-line, a través de una pantalla. Es por esto que Gregorio Luri confirma que «la fórmula enseñanza virtual alternada con presencial ha venido para quedarse» durante el próximo curso.
Aunque lo afirma, el experto en educación es contrario a ello. Luri defiende que lo mejor para el alumno es la clase presencial, pues los microgestos de los profesores ayudan a captar cómo está la actitud en clase y ayuda a mantener un feedback alumno-docente.
Y esta retroalimentación entre las dos figuras fundamentales de la educación es más dificil que tenga lugar de manera virtual.
Fórmulas online efectivas
A pesar de que Gregorio Luri no está totalmente a favor de la enseñanza online, defiende que hay fórmulas online que pueden ser efectivas en la educación de los alumnos. Por ejemplo, vídeos grabados de diez minutos por los profesores mirando a la cámara, hace percibir al alumno que lo están mirando a él.
Aún así, Luri recalca que la enseñanza on-line no es una alternativa, sino un complemento a la educación. «Las nuevas tecnologías son prótesis que amplifican nuestros intereses».
Gregorio Luri concibe un factor fundamental para el próximo curso la capacidad de atención, algo que deben entrenar los alumnos mediante la adquisición de conocimientos.
Una de las normas que están rigiendo la «nueva normalidad» es la distancia social, con el objetivo de no fomentar el contagio del coronavirus. Incluso, en la percepción de la vuelta a las aulas para el próximo curso, ya se están elaborando medidas de distancia social.
Este aspecto no le parece beneficioso al filósofo Gregorio Luri, el cual cree que es imposible crear una distancia social segura dentro de las aulas, además de poco deseable. «Habrá que ser constructivos», explica el escritor, que defiende la necesidad de serenarse, la necesidad de lidiar con la ansiedad y el pesimismo, para conseguir una solución constructiva.
Al escritor le preocupa cómo se educa con cierta tendencia fatalista, basada en un futuro marcado por el cambio climático, la falta de empleo y el miedo a afrontar el virus. Ante eso, Gregorio Luri insiste en «educar en la confianza, en la resolución de problemas», porque así evitas «educar en el miedo».
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