Atención a la película de terror mexicana: Somos lo que hay (México 2010), una cinta a medio camino del drama y de horror que juega con uno de los mayores tabús de la historia del cine: el canibalismo.
La trama de la película consta de una familia tradicional que está cree en una extraña creencia antigua que los obliga a asesinar y a comer carne humana con cierta periodicidad.
Aún hoy se cuentan las historias, polémicas y leyendas urbanas que desencanó el estreno de la salvaje Holocausto Canibal allá donde los gobiernos no la prohibieron.
El mexicano Jorge Michel Grau se deja de morbos gratuitos y estructura una potente historia dramática ante un tema tan complejo en esta película que se puede ver estos días en el Festival de Sitges, donde participa en la Sección Oficial.
Una familia queda desamparada al morir su padre y líder; a partir de ese momento su viuda y sus tres hijos tendrán que enfrentarse a su peor pesadilla, conseguir alimento por su propia mano.
Todo esto sería normal de no ser porque ese alimento ansiado es carne humana. Es decir, una familia de canibales cuyo liderazgo recaerá sobre el mayor de los hermanos, un adolescente desubicado, tendrá que guiar a los suyos para conservar su tradición caníbal, sin saber que, en el intento puede que tenga que sacrificar su propia vida.
Con una propuesta francamente interesante, el debutante Jorge Michel Grau se aleja del estilo de directores como Iñarritu, Cuarón o Del Toro, autores fundamentales que han puesto en el mapa el cine mexicano.
Esto, por supuesto, es una virtud que ya fue vista por el comité de selección del Festival de Cannes, una muestra en la que raramente encontramos este tipo de producciones.
Aunque claro, también fueron ellos los que descubrieron esa nueva joya con familia disfuncional protagonista que fue la griega Canino.
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