La cantante tuvo una vida llena de triunfos artísticos y transgresiones amorosas que dejaron escenas inolvidables.
Lola Flores nació en Jerez de la Frontera, en 1923, hija de un tabernero payo y de una costurera nieta de gitano, y se crio en Sevilla desde los tres hasta los once años. La Guerra Civil la sorprendió en un Jerez franquista desde el 19 de junio de 1936, y su fama de artista de extendió por toda la provincia de Cádiz cuando terminó la guerra, con apenas 16 años.
Lola flores: la vida de la artista
Fue entonces cuando decidió ir a Madrid, con 17 años, donde acudió a la academia del maestro Quiroga y realizó una gira por el norte de España. Un año después emprendió un espectáculo flamenco llamado Zambra junto a Manolo Caracol, que por entonces ya era un cantaor de prestigio y con el que mantuvo una relación que duró ocho largos años pese a que él le llevaba 14 años y estaba casado.
La temperamental joven también se llegó a encaprichar de un sereno en Madrid, y mantuvo relaciones con futbolistas, una de las más sonadas con Gerardo Coque, interior del Atlético de Madrid, que abandonó a su equipo y a su esposa para acompañar a Lola Flores de gira por América. De las aventuras de Lola Flores quedaron un par de abortos o, como diría ella, embarazos que se quitó.
En octubre de 1957 celebró su única boda con el guitarrista gitano Antonio Gonzáles Batista, alias El Pescaílla. Él estaba casado y era padre de una hija. Se casaron en el Monasterio del Escorial al amanecer, ella embarazada de Lolita, que nació en mayo de 1958. Antonio nacería dos años más tarde, y Rosario en 1963. En los años cincuenta, Lola Flores firmó un contrato millonario para filmar varias películas en México, donde la bautizaron como La Faraona tras una película del mismo título filmada en 1955.
Lola Flores: carrera
Los cincuenta y los sesenta fueron décadas de mucho éxito y viajes, mientras sus tres hijos se quedaban en Madrid estudiando en colegios privados. No se perdió nunca las recepciones que Francisco Franco ofrecía cada 18 de julio, pero su público siempre la perdonó. Cuando llegó la Transición, con ella llegaron escenas que se quedaron grabadas en la memoria colectiva del país. Cuando leía un guion era buena, pero cuando se lo saltaba era infinitamente mejor.
En 1983 pronunció su más famosa frase con motivo de la boda de su hija Lolita: “Si me queréis, irse”. En 1987 fue acusada de defraudar 52 millones de pesetas a Hacienda, y llegó a pedir a la gente que pagara lo que ella no pagó: una peseta por cada uno de los casi 40 millones de españoles que había entonces. Entre amores, desfalcos, palmas y alegrías, se mantuvo la leyenda de la Niña de Fuego, la Faraona, la Lola de España. Incluso tras su larga lucha contra el cáncer de mama que la llevó a la tumba en mayo de 1995.