El estilo de Gaudí es único y difícil de etiquetar. Inspirándose en la naturaleza el artista buscó un lenguaje para plasmar las formas orgánicas en su arquitectura: las principales obras.
Antoni Gaudí nació el 25 de junio de 1852 en Reus en una familia de caldereros. Durante su infancia, a causa de su salud delicada, se vio obligado a pasar mucho tiempo en Riudoms, en el campo, donde pasaba horas contemplando la naturaleza, su gran inspiración.
Se mudó a Barcelona para estudiar arquitectura, graduándose en 1878. Durante su madurez, sus obras principales se sucedieron las unas a las otras.
Gaudí, las obras del arquitecto modernista
Considerado uno de los máximos exponentes del modernismo catalán, Antoni Gaudí es uno de los arquitectos más importantes de la historia.
No solo es conocido por la Sagrada Familia, sino que tiene una gran cantidad de obras de gran reconocimiento internacional. La mayoría de sus obras están marcadas por incorporar soluciones constructivas inspiradas en la naturaleza, así como por poseer un profundo simbolismo religioso. La vida de Gaudí está muy marcada por la influencia del catolicismo, que llegó a condicionar todos los aspectos de la personalidad del arquitecto.
Las obras más importantes de Gaudí son la Sagrada Familia, la Casa Vicens, el Palau Güell, la Casa Batlló, el Parc Güell y la Pedrera. Todos estos monumentos forman parte de la lista de Patrimonio de la Humanidad de la Unesco.
La principal obra que se puede considerar como la favorita de Gaudí fue la Sagrada Familia, ya que consumió los últimos años de su vida. Tanto fue así, que desde 1914 rechazó todo tipo de proyectos para poder centrarse únicamente en la consecución del templo que, más de 100 años después de su comienzo, todavía no está acabado.