Emma García comparte su experiencia de vida y su camino hacia la sanación emocional.

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Un reencuentro significativo en televisión
Este domingo, el plató de televisión se convirtió en el escenario de un emotivo reencuentro entre Emma García y Lola Ortiz. Ambas figuras del entretenimiento español compartieron momentos de su vida que han marcado su trayectoria personal y profesional.
Emma, conocida por su participación en programas como Mujeres y hombres y viceversa y Supervivientes, ha decidido abrirse sobre su infancia y las dificultades que ha enfrentado a lo largo de los años.
Una infancia marcada por la ausencia
Emma García ha revelado que su infancia estuvo marcada por la ausencia de su padre, lo que influyó profundamente en sus relaciones futuras.
«Tuve un padre muy intermitente, ausente, no era buena persona», confesó. Esta falta de apoyo paterno generó en ella una serie de carencias emocionales que la llevaron a buscar validación en relaciones tóxicas. La psicóloga, que ahora ejerce su profesión, ha compartido su historia en su libro Yo también estuve ahí, donde aborda los efectos del maltrato y la violencia de género.
El impacto del maltrato en la vida de Emma
La experiencia de Emma no es única; muchas personas enfrentan situaciones similares. «Cuando estás en una situación de maltrato, no es fácil contarlo porque no siempre te entienden o te apoyan», explicó. A lo largo de su vida, ha enfrentado agresiones físicas, psicológicas y sexuales, lo que ha dejado huellas profundas en su bienestar emocional. Emma enfatiza la importancia de contar con un entorno de apoyo, ya que esto puede marcar la diferencia en el proceso de sanación.
Denunciar y sanar: un proceso difícil pero necesario
La decisión de denunciar el maltrato es un paso crucial, pero también uno de los más difíciles. Emma ha compartido su experiencia al respecto, afirmando que el proceso judicial puede ser desgastante y doloroso. «Denunciar es tener que revivir todo en un juicio», comentó, refiriéndose a los meses complicados que vivió tras tomar esta decisión. Esta situación la llevó a alejarse de la vida pública y de la televisión, priorizando su salud mental por encima de todo.
Un mensaje de esperanza y resiliencia
A pesar de las dificultades, Emma García se ha convertido en un símbolo de resiliencia y superación. Su historia inspira a muchas personas a buscar ayuda y a no rendirse ante las adversidades. Al compartir su experiencia, Emma no solo busca sanar, sino también ayudar a otros a encontrar su voz y a romper el ciclo del maltrato. Su mensaje es claro: es posible reconstruirse y encontrar la paz interior, incluso después de haber vivido situaciones devastadoras.