Un evento histórico que reunió a figuras clave de la política mundial en Roma.

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Un adiós a un líder espiritual
El funeral del papa Francisco, celebrado en la majestuosa basílica de San Pedro, se convirtió en un evento de gran relevancia internacional, donde se dieron cita numerosos líderes mundiales. Entre ellos, se destacaron los reyes de España, Felipe y Letizia, quienes, tras un emotivo homenaje, ocuparon un lugar en primera fila junto a otros dignatarios como el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y el presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski.
Este evento no solo marcó el final de una era, sino que también simbolizó la unidad y el respeto hacia la figura del pontífice que dedicó su vida al servicio de la humanidad.
Protocolo y orden en el homenaje
El Vaticano, conocido por su riguroso protocolo, realizó ajustes en el orden de los asientos durante el funeral.
A diferencia de ceremonias anteriores donde los reyes de casas reales católicas ocupaban un lugar privilegiado, en esta ocasión se aplicó un estricto orden alfabético. Esto generó un debate sobre el significado de la tradición y la modernidad en los eventos de esta magnitud. Los reyes Felipe y Letizia, junto a otros líderes, se sentaron en un lugar que reflejaba el respeto hacia el papa, pero también la necesidad de adaptarse a nuevas normas diplomáticas.
La llegada de los dignatarios y la ceremonia
Los reyes de España llegaron a Roma la noche anterior al funeral, donde se alojaron en la embajada de España ante la Santa Sede. Durante su estancia, tuvieron la oportunidad de interactuar con un grupo de españoles que se congregó para saludarlos. El funeral, que atrajo a aproximadamente 200,000 personas, fue un evento solemne que incluyó momentos de reflexión y tributo a la vida del papa Francisco. La capilla ardiente, abierta durante tres días, permitió que 250,000 fieles se despidieran del pontífice, un testimonio del impacto que tuvo en la comunidad católica y en el mundo en general.
Un legado que perdura
El papa Francisco dejó una huella imborrable en la historia de la Iglesia Católica y en la vida de millones de personas. Su enfoque en la paz, la justicia social y el diálogo interreligioso resonó en todo el mundo. La presencia de líderes como Trump, Zelenski y otros mandatarios en su funeral subraya la importancia de su mensaje y el respeto que generó a nivel global. A medida que el mundo avanza, el legado del papa Francisco seguirá inspirando a futuras generaciones a trabajar por un mundo más justo y compasivo.