El próximo 13 de junio, la familia real celebrará el bautizo de la princesa Inés en medio de una crisis económica.
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Un evento real en tiempos de crisis
La familia real sueca se encuentra en una situación financiera complicada, habiendo solicitado un préstamo al gobierno para mantener su estilo de vida. Sin embargo, esto no les impide celebrar eventos significativos, como el próximo bautizo de la princesa Inés, hija de los príncipes Carlos Felipe y Sofía.
Este evento, programado para el 13 de junio, coincide con el décimo aniversario de bodas de los príncipes, lo que añade un matiz especial a la celebración.
Preparativos para el bautizo
La casa real ha anunciado que el bautizo se llevará a cabo en la capilla del Palacio de Drottningholm, un lugar tradicional para estas ceremonias.
Se espera que todos los miembros de la familia Bernadotte estén presentes, lo que subraya la importancia del evento. A pesar de las dificultades económicas, la familia real planea un bautizo a gran escala, con la participación de dos clérigos destacados y una recepción acorde a la ocasión.
Expectativas y tradiciones
El bautizo de la princesa Inés no será transmitido en directo por televisión, una decisión que ha generado controversia en un contexto de crisis. Sin embargo, se mantendrán algunas tradiciones, como la elección de cinco padrinos y el uso del faldón de cristianar que ha sido parte de la historia de la familia Bernadotte. Además, se espera con gran interés el atuendo que elegirá Sofía de Suecia, quien es reconocida por su elegancia en eventos de esta magnitud.
