Decenas de miles de personas se movilizan en varias ciudades francesas contra la discriminación.

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Un día de protesta en Francia
El pasado sábado, Francia fue escenario de numerosas manifestaciones en conmemoración del Día Internacional contra el Racismo y el Fascismo. Decenas de miles de personas se unieron en un centenar de marchas a lo largo del país, destacando la importancia de la lucha contra la discriminación y la extrema derecha.
Las manifestaciones comenzaron en la mañana en diversas ciudades, organizadas por múltiples ONG que abogan por la igualdad y la justicia social.
Altercados en París
En París, la marcha tuvo un inicio pacífico en la plaza de la República, pero pronto se tornó violenta.
A medida que los manifestantes avanzaban hacia la plaza de la Nación, se produjeron enfrentamientos entre algunos grupos y las fuerzas del orden. Los antidisturbios respondieron con gases lacrimógenos ante el lanzamiento de objetos por parte de ciertos manifestantes, lo que llevó a un clima de tensión en la capital francesa. A pesar de estos incidentes, la mayoría de los participantes se dispersaron sin mayores problemas, aunque las condiciones climáticas adversas, con una tormenta que se desató a media tarde, contribuyeron a la disolución de la multitud.
Dimensión política de las manifestaciones
Las marchas no solo fueron una expresión de rechazo al racismo, sino que también adquirieron una notable dimensión política. Los lemas contra la extrema derecha resonaron en las calles, y partidos de izquierda, como La Francia Insumisa, mostraron su apoyo a la causa. En la capital, se estimó que entre 10.000 y 20.000 personas participaron, mientras que en otras ciudades como Marsella y Lyon, las cifras fueron de 3.300 y 6.000, respectivamente. La presencia de banderas palestinas y pancartas de sindicatos como la Confederación General del Trabajo (CGT) reflejó la diversidad de la protesta.
Controversia en torno a la propaganda
Previo a las manifestaciones, surgió una controversia política relacionada con un cartel de La Francia Insumisa que incluía la imagen del presentador de televisión Cyril Hanouna. Este cartel, que fue retirado tras las críticas, fue considerado por muchos como antisemita, lo que provocó un debate intenso entre los partidos de izquierda. A pesar de las presiones, La Francia Insumisa no se disculpó, limitándose a retirar el cartel. La situación escaló cuando Hanouna llevó el asunto a los tribunales, resultando en una condena para el partido por atentar contra su derecho a la imagen.