La Cámara de Diputados respalda el decreto de Milei para obtener fondos frescos.
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El contexto de la aprobación del crédito
El reciente aval del Congreso argentino para que el Gobierno de Javier Milei busque un nuevo crédito con el Fondo Monetario Internacional (FMI) ha generado un clima de incertidumbre en la economía del país.
Con 129 votos a favor y 108 en contra, la Cámara de Diputados aprobó un decreto que permite al presidente tomar deuda sin especificar montos ni detalles. Esta decisión se produce en un contexto de creciente desconfianza hacia las políticas económicas del Gobierno, que busca fortalecer las endebles reservas del Banco Central.
Tensiones en el Congreso
La sesión legislativa estuvo marcada por un ambiente caótico, con gritos e insultos entre los legisladores. A pesar de que no se repitieron los escándalos de la semana anterior, la tensión fue palpable. La oposición, que había intentado investigar a Milei por su implicación en una estafa relacionada con criptomonedas, se mostró firme en su rechazo al decreto, argumentando que la decisión de endeudamiento debería ser discutida en el Congreso y no a través de un decreto presidencial.
Reacciones y consecuencias políticas
La aprobación del crédito ha generado reacciones mixtas en el ámbito político. Mientras que algunos bloques, como el PRO y la Coalición Cívica, apoyaron la medida, el peronismo y la izquierda se opusieron vehementemente, señalando la ilegalidad del decreto. El diputado Máximo Kirchner, hijo de los expresidentes Néstor y Cristina Kirchner, criticó la decisión, recordando que Milei había estado en contra de la deuda con el FMI en el pasado. A pesar de las críticas, Milei celebró la aprobación en sus redes sociales, reafirmando su compromiso con la libertad económica.
El futuro económico de Argentina
La negociación con el FMI se ha vuelto crucial para el Gobierno, que busca obtener entre 10.000 y 20.000 millones de dólares para estabilizar la economía. Sin embargo, la desconfianza en los mercados financieros persiste, y la reciente venta de 931 millones de dólares por parte del Banco Central para contener la devaluación del peso refleja la fragilidad de la situación económica. En un año electoral, el tiempo apremia para el Gobierno, que enfrenta el desafío de implementar políticas efectivas que generen confianza y estabilidad en el país.
