Mark Carney se convierte en primer ministro en medio de desafíos políticos y económicos.
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Un cambio de liderazgo en el Partido Liberal
El economista Mark Carney ha sido nombrado nuevo líder del Partido Liberal de Canadá y, como consecuencia, se convertirá en el primer ministro del país. La ceremonia de toma de posesión está programada para el viernes a las hora local, según anunció la gobernadora general, Mary Simon.
Este cambio de liderazgo se produce en un contexto de crisis dentro del partido, que ha enfrentado una caída en las encuestas y una creciente presión interna.
La dimisión de Justin Trudeau
Justin Trudeau, quien ha liderado el Partido Liberal desde 2013 y ha sido primer ministro desde 2015, anunció su dimisión tras la elección de Carney.
La decisión de Trudeau se vio impulsada por una serie de eventos, incluyendo la renuncia de Chrystia Freeland, exviceprimera ministra y ministra de Finanzas, quien criticó abiertamente las políticas de Trudeau. Esta situación generó un ambiente de incertidumbre y descontento dentro del partido, lo que llevó a más de veinte diputados a solicitar su renuncia.
El nuevo primer ministro se enfrenta a importantes desafíos, incluyendo una alta inflación y la falta de viviendas asequibles, problemas que han afectado a millones de canadienses. Muchos de estos problemas han sido atribuidos al aumento de la migración en los últimos años, lo que ha generado tensiones en el ámbito social y económico. A finales de 2024, el Partido Conservador había tomado una ventaja significativa en las encuestas, lo que complicaba aún más la situación para los liberales.
La influencia de Mark Carney
Mark Carney, quien ha ocupado cargos importantes en el Banco de Canadá y el Banco de Inglaterra, llega a la política canadiense con una sólida reputación en el ámbito económico. Su elección ha revitalizado las perspectivas del Partido Liberal, que ahora se encuentra empatado técnicamente con el Partido Conservador en las encuestas. La capacidad de Carney para abordar los problemas económicos y sociales será crucial para su éxito como primer ministro y para la recuperación del partido en el panorama político canadiense.
